El Escorial – Silla de Felipe II – Zarzalejo – Valmayor

No hace mucho tiempo que Jaime y un servidor hicimos esta misma ruta con resultado agridulce. El recorrido nos sorprendió por la variedad de caminos y la belleza del entorno… en cambio una dura caída por parte de Jaime y una luna rota en mi coche al final de la ruta enturbiaron el que hubiera sido un magnífico día de ciclismo de montaña. Ciclismo de montaña del bueno por El Escorial. Mola mucho. Aquí puedes leer otra crónica de la ruta con más amigos.

Aprovechando el magnífico fin de semana que pronosticaban las aplicaciones móviles y siendo que sorprendentemente un nutrido número de perdedores dieron el «sí quiero» a la convocatoria propuse recorrer esta misma ruta a sabiendas de que el nivel de dificultad, tanto técnico como físico, estaba al alcance de todos. Y el día no defraudó.

 

A las 9:30 nos citamos en la estación de tren de El Escorial. José Ángel y yo llegamos media hora antes así que un café, un zumo y un pincho de tortilla amenizaron la espera. Enseguida llegaron el resto de amigos: un nuevo fichaje, compañero de oficina de Gualter y mío, Ángel, Jaime y Pablo. Gualter tuvo que renunciar a última hora por motivos más que justificados al encontrarse su hija enferma. Esta ruta está maldita para él, las tres veces que la ha intentado le ha sido imposible acudir.
Otra representación perdedora aprovechó la mañana para recorrer los senderos de El Pardo. Sin duda la mañana merecía la pena para la práctica del ciclismo de montaña.

Bosque de la HerreríaBosque de la Herrería

 

El primer kilómetro callejea un poco por El Escorial, abandonando el pueblo en sentido sur junto a la vía del tren. Es por la carretera M505 que se pasa al otro lado de la vía, siguiendo en dirección sur hasta encontrar un portón con un paso para personas que atravesamos para entrar en el bosque de la Herrería, en el Km 2.

Transitamos por un bonito sendero de apenas un kilómetro hasta alcanzar la carretera que asciende hasta la silla de Felipe II. Da pena abandonar esta senda para ponerse a dar pedales por carretera y con dos kilómetros de ascensión por delante, pero es lo que toca.

Pablo, en una de sus pocas aparariciones ciclistas anualesPablo, en una de sus pocas aparariciones ciclistas anuales

 

Subiendo hacia la Silla de Felipe IISubiendo hacia la Silla de Felipe II

 

José Ángel «re-estrena» bicicleta. Se trata de una Lapierre Spicy 316 de 2008. Una enduro en toda regla. No la utilizaba al pensarla demasiado pesada y «lastrante» para rutear. Tras configurar el amortiguador con la presión correcta y sustituir las pesadas y anchas cubiertas de DH que llevaba por unas ligerísimas schwalbe Rocket Ron… la cosa cambia.

Pero el tope superior del cambio trasero no estaba bien configurado y se le salía la cadena hacia los radios. La primera vez al frenar en seco, Jaime, que iba detrás suya, no tuvo tiempo de sacar el pie del pedal y se fue al suelo. La maldición de Jaime consiste en caerse SIEMPRE que sale a montar conmigo en bici. Por suerte, esta vez la caída no tuvo consecuencias.
Pocos metros más adelante la cadena se volvió a salir y para evitar una avería grave decidimos parar un par de minutos para ajustar el tornillo de tope. Media vueltecita y todo solucionado, a seguir dando pedales.

Los primeros habían coronado y los de atrás, Jaime, José Ángel y yo, nos desviamos por la ruta correcta, pasando por una barrera que hay a la derecha justo antes de llegar a la silla, sin darnos cuenta de que el resto estaban en justo en la silla. Llamada telefónica al canto y nos reagrupamos en un periquete.

José Ángel con su re-estrrenada bici

 

Lo más «duro» de la jornada ya estaba superado. Nos quedan por delante muchos kilómetros de llaneo y descenso. El sol brilla, haciendo que quien más quien menos comience a desprenderse de parte de la ropa. Después de la ascensión el cuerpo ha entrado en calor.

 

Parada técnicaParada técnica

 

La bajada es por pista, muy rápidaLa bajada es por pista, muy rápida

 

Ahora tocaba bajar…. ¡Y mucho! El primer tramo, hasta las inmediaciones de Zarzalejo. La bajada por pista es rapidísima y, salvo algún tramo con piedras, el firme es excelente.  Llegamos a la altura de la carretera M533 y la cruzamos salvando a la vez la vía del tren para seguir rodando en dirección sureste por el primero de los senderos divertidos de la ruta.

Parada para reagruparnos

 

El camino discurre encajonado entre muros de mampostería y el desnivel es suficiente como para apenas tener que dar pedales. Tiene algunos pasos más o menos técnicos, con rocas, que se salvan con un mínimo de técnica y dejando, en la mayoría de los casos, la bici correr.
Es en este sendero donde Jaime, sin saber todavía muy bien el motivo, dio con sus huesos en el suelo en nuestra anterior visita. En esta ocasión Ángel y yo comenzamos rodando detrás suya y enseguida advertimos que Jaime comete un enorme error técnico que le instamos a corregir: afronta los tramos técnicos sentado en el sillín. ¡Jaime, ponte de pie en la bici!

Saliendo de un divertidísimo senderoSaliendo de un divertidísimo sendero

 

Caras de excitación
Caras de excitación

 

Como cada uno bajamos a nuestro ritmo, nos reagrupamos al final del sendero. Hay quien aprovecha para comer un poco mientras comentamos lo divertido de la bajada. Echamos un ratito de charla con dos parejas de senderistas y volvemos a comentar el buen día que estamos teniendo la suerte de disfrutar.

Tras rodar apenas veinte metros por la pista en la que desembocaba el sendero, tomamos un nuevo desvío a la derecha. Comienza, según mi criterio particular, la mejor parte de la ruta: un nuevo sendero más divertido aún que el anterior. Con mucho «flow», con escalones, saltos, arroyos… una maravilla y lo disfrutamos de lo lindo.


 

Cruzamos la M600 y tomamos el Camino de la Ermita que con una fuerte pendiente al principio nos lleva a la ermita de Valmayor y tras serpentear un poco por un sendero corto pero divertido llegamos a los caminos de servicio del embalse. Por desgracia la orilla queda muy lejos de donde estamos, tan bajo es el nivel del agua.

Cruzando el ríoCruzando el río

 

Nuestro recorrido será durante casi 10Km, un sendero junto al embalse con la excepción de un repecho nos pone en nuestro sitio, por si se nos había olvidado que estábamos practicando ciclismo de montaña. Nada del otro mundo, todos los remontamos con solvencia. Pero antes habíamos tenido que cruzar el río Aulencia por un paso un poco precario.

No lo vemos claroNo lo vemos claro

 

Pues si hay que cruzar, se cruzaPues si hay que cruzar, se cruza

 

Pasamos por debajo de la M505 y enseguida llegamos a la presa pequeña, la del extremo norte, la del embalse de Los Arroyos. Nuestra ruta continúa hacia el oeste en dirección El Escorial pero no podemos dejar de subir a la presa para ver el paisaje. Ángel nos habla sobre los cormoranes que vemos zambulléndose en busca de alimento pero a más de uno le llama más la atención la terracita de un bar que se otea en la orilla contraria. Llevamos encima casi 30 Km y va apeteciendo una cerveza fresca.

Sobre la presa pequeña de Valmayor

 

Jaime le va cogiendo el punto a la biciJaime le va cogiendo el punto a la bici

 

José Ángel es ciclista olímpico. Sale de ruta una vez cada cuatro añosJosé Ángel es ciclista olímpico. Sale de ruta una vez cada cuatro años

 

La senda de los arroyos es un divertidísimo falso llano que nos conduce de nuevo hasta la vía del tren. Al pasar sobre esta ya vislumbramos el Monasterio de El Escorial… pero todavía parece estar demasiado lejos.

Ángel con su GiantÁngel con su Giant

 

El siguiente tramo de ruta, con el que llegamos definitivamente a nuestro destino, es el camino de las siete cancelas. Una bonita pista por dehesa que tras sucesivas puertas nos permite llegar agrupados y contentos hasta El Escorial por el oeste.

La Dehesa que se atraviesa por el camino de las siete cancelasLa Dehesa que se atraviesa por el camino de las siete cancelas

 

Callejeando llegamos hasta la estación de tren para disfrutar de una merecida cerveza, que esta vez me tomo (no coca-cola, como suele ser habitual) para que no me riña luego Miguel.
No hace mucho he leído por ahí un meme que decía que «fo***r está bien, pero tomarse un botellín al sol en invierno es otro rollo». Doy fe.

Ciclismo de montaña del bueno por El EscorialCerveza post ruta no puede faltar

 

Y con esto y buenos abrazos y apretones de mano nos despedimos muy contentos por la jornada de bicicleta de montaña, echando en falta a los amigos que no han podido venir en esta ocasión y pensando ya en la siguiente.
¡A ver si no se demora y conseguimos ser más!

0 comentarios en “El Escorial – Silla de Felipe II – Zarzalejo – Valmayor”

  1. Por cierto solo añadir que llegue puntual a la cita , eso sí hasta que me puse el atuendo les hice esperar un poco , yo soy así me hago de rogar, un abrazo a todos hasta la próxima. Como siempre un placer.

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