A veces la ruta no sale como uno quiere y lo que pretendía ser un placentero paseo bicicletero por los caminos que hay entre Parla y el Cerro de los Bomberos de Castilla se convierte en un suplicio porque en un segundo nos vimos en la necesidad de arreglar un corte en el flanco de la cubierta.
Vídeo de mucha adrenalina
Lo primero de todo, te dejo con el vídeo que preparamos para que veas que el monte atrás referido tiene su interés. Y quedan por explorar los senderos que serpentean entre los pinos que pueden ser muy divertidos.
Rutas MTB por el sur de Madrid
Me acerqué a Parla a salir un rato en bici con Javi y con David. Si en Leganés tenemos complicado acumular desnivel en nuestras rutas, en Parla pasa lo mismo. Para llegar hasta una tachuela con un mínimo de entidad hay que hacerse 10 kilómetros por llano. Pero es lo que hay. Vivir en el sur, para el ciclismo de montaña, tiene sus ventajas y sus inconvenientes. Los inconvenientes están claros, las ventajas estamos por descubrirlas aún.
Total, que a las nueve de la mañana puntuales como señores suizos estábamos Javi, David y un servidor dispuestos a dar pedales sin demasiadas pretensiones. La mañana estaba perfecta. Ni frío ni calor en estos últimos días de un invierno razonablemente templado. El sol brillaba sin apretar y la ausencia total de viento presagiaban una mañana de pedaleo entretenida.
Primeros kilómetros a la salida de Parla
Íbamos en dirección a Torrejón de Velasco. Los caminos, si bien estaban salpicados de charcos aquí y allá, no estaban demasiado embarrados y se rodaba relativamente bien. Como suele pasar durante los primeros kilómetros, íbamos charlando, poniéndonos al día. Vamos llaneando con ligera tendencia descendente. Un gustazo.
Llegamos a la Fuente de la Teja, junto a la ermita de San Isidro Labrador. Llegamos al Cerro de los Bomberos de Castilla y comienzan las cuestas.
Trepamos un poco y luego vamos rodeando el monte subiendo y bajando con más suavidad. Muy divertido, como podéis ver en el vídeo del principio.
Rajo el lateral de la cubierta con una piedra
Salimos del pinar para cambiar de dirección y encaminarnos de vuelta a Parla. En una subida corta con mucha roca semienterrada tengo la mala suerte de rozar de lado una piedra que me corta el flanco de la cubierta. El aire se escapa rápidamente y no vemos que el líquido tubeless vaya a taponar porque no vemos salir ni gota.
Todo debe de quedar debidamente documentado
No pasa nada, somos ciclistas con muchos recursos y como la raja no sella vamos a poner una cámara y continuar la ruta Un incidente menor. Ya repararía la cubierta en casa.
Sacamos la rueda de la bici, la desinflamos y procedemos a quitar la cubierta. Parece que está un poco pegada por la acción del líquido tubeless y no destalona. Vamos a ver si Javi, que tiene más fuerza, puede. No hay forma. Vamos a ver si entre dos, uno sujeta y el otro tira. Tampoco. Vamos a mirar bien que seguro que en algún punto de la circunferencia de la llanta está menos pegado y a fin de cuentas despegando un poquito ya el resto sale bien. Nada… está pegado a conciencia por todos lados.
Lo intentamos con desmontables, con destornilladores planos, con las uñas y los dientes pero no somos capaces de meter nada entre el labio de la cubierta y el fondo de la llanta que nos permita hacer palanca para despegar al menos medio centímetro. Nos rendimos. Somos perdedores una vez más.
Echamos un buen rato con la mierda la rueda
Una nueva esperanza aparece vestida de lycra
Decidimos que lo mejor es que Javi y David vayan a Parla y vuelvan con un coche a rescatarme. Apenas estamos a 10 kilómetros de Parla y las pistas son buenas, se puede llegar en coche a donde estamos sin necesitar un 4×4 ni mucho menos. Además, aunque estamos en un páramo sin árboles la temperatura es buena, llevo agua y el riesgo de insolación es despreciable.
Pero pasa un grupo de ciclistas y paran a nuestro lado a interesarse por la naturaleza de nuestro problema, tratando de ayudar. Nos preguntan si necesitamos algo y les decimos que necesitamos talento para destalonar una cubierta maldita. Se prestan voluntarios a sacar la cubierta pero ya sabía yo que no lo iban a conseguir. Es como tratar de sacar Excalibur de la piedra no siendo el Rey Arturo. Simplemente no se puede.
Pero son ellos gente con experiencia (los tres eran mas mayores que nosotros, ciclistas veteranos) y nos aconsejan poner una mecha. Mechas llevamos. Javi saca una y le pido al señor que la coloque porque confío más en él que en nosotros tres juntos. La pone y le metemos a la rueda un poco de aire. Se sigue escapando.
No recuerdo quién, si del equipo de ellos o del nuestro, saca un bote de solución vulcanizante y le echa alrededor de la mecha. Hay que esperar a que se seque y por no entretener más a nuestros salvadores les pedimos que se marchen que vamos a echarle además un poco de líquido tubeless a la rueda. Siempre llevo un botecito en la mochila para estas emergencias. No lo he tenido que usar un al menos 10 años, pero mira tú que bien me ha venido tenerlo.
Le tengo poca confianza a esta reparación
¿Hemos conseguido arreglar un corte en el flanco de la cubierta?
Quitamos el obús y le metemos el líquido por la misma válvula. Inflamos y la raja escupe el líquido, pero parece que poco a poco va sellando. El aire aguanta en la rueda. Buena señal.
Continuamos la ruta recortando el recorrido original porque después de estar al menos media hora arreglando la rueda no queremos más que llegar a destino y tomarnos una cerveza.
La primavera ya está presente en el campo
Pero unos dos kilómetros más adelante la rueda flanea demasiado. Ha perdido mucha presión. Nos toca parar para meterle aire de nuevo. Parece ser que el resto de la ruta va a ser avanzar, parar, meter aire, avanzar otro poco, volver a parar… un rollo.
De hecho la siguiente parada obligatoria tarda aún menos en producirse. De nuevo sacamos la bomba y viendo que la cosa pintaba así de mal aprieto un poco para recortar distancia en el menor tiempo posible y me marco una serie de alta intensidad en paralelo a las vías del AVE que flipas. Mal está que yo lo diga, pero es así.
Otra parada y aprovechamos para meter una mecha más y así tapar algo mejor entre las dos. Pero el invento dura poco. Bajando el puente de las vías del tren oímos ese maldito «psssssssssssssssssssssshhhhhhhhhhhh» y la rueda se me desinfla en cuestión de segundos. Las mechas se han salido.
A la tercera va la vencida
Estamos apenas a un par de kilómetros de Parla y podríamos continuar a pie, pero ya que estamos vamos a intentar llegar en bici. Metemos tres mechas pero cuando las movemos el aire se sale así que las sujetamos al flanco de la cubierta con una brida.
Las bridas son la mejor herramienta del ciclista
Y parece que el aire aguanta bastante bien. Vamos, te digo que si hubiéramos puesto la brida desde el principio no hubiéramos tenido que parar dos veces a inflar la rueda desde que se rajó.
Gracias a esta última reparación llegamos a destino sin más incidencias y con buena presión en la rueda. Pena no habérsenos ocurrido antes!
Track disponible en Wikiloc
Un par de cervezas fresquitas en la terraza de un bar sirvieron para compensar el coñazo que supuso la última parte de la ruta. Pero volveré, sin duda, para quitarnos la espina que siempre se queda clavada cuando no se puede completar una ruta por una incidencia del tipo que sea.
¿Y qué hacemos ahora con esa cubierta?
He llevado la rueda a la tienda donde la tubelizaron. Yo en su día no fui capaz: Factory Bike, en Leganés Norte. La están liquidando, una pena, después de 25 años al servicio del ciclista pepinero.
24 horas después la reparación, aún sin la brida, estaba taponando la raja y la cubierta mantenía la presión. Pero, no fiándome un pelo de esas mechas, no quiero arriesgarme a salir de ruta con la rueda así. Seguro que me vuelve a pasar y no poder poner una cámara como está mandado es un fastidio. Mi idea es «destubelizar» la rueda, poner una cámara, terminar de gastar la cubierta y cuando ponga una nueva, volver a tubelizar.
Al mecánico le ha costado un cojón despegar la cubierta pero con maña y las herramientas adecuadas (dos buenos pulgares y un desmontable muy fino de metal) ha podido abrir lo suficiente. Ha puesto un parche en el flanco interior, tapando la raja por dentro. Y una solución «tapa-fugas» por fuera que parece un escupitajo. Y a la cámara le ha metido líquido tubeless por dentro para sellar posibles pinchazos.
Cuando se seque se quedará gomoso. Ahora parece una flema asquerosa
Menuda historieta esta. Es la primera vez que me enfrento a una raja en el flanco y te digo de verdad que me estoy planteando esto de llevar cubiertas ligeras. No sé si las siguientes serán con más protección lateral. Ya veremos si se impone la razón y el sentido común o el postureo. El tiempo lo dirá.