Ciclismo de montaña por la La Marañosa

Esta ruta de MTB por la La Marañosa no propone mayor dificultad que la subida al propio monte y el kilometraje, aunque nosotros recorrimos solamente la parte circular con salida y llegada en El Cerro de los Ángeles, en el municipio de Getafe. Gran parte del recorrido discurre por un atestado carril bici y las zonas de sombra y los puntos donde abastecerse de agua brillan por su ausencia por lo que esta ruta no es recomendable para los días de calor. Pero como somos unos perdedores sin conciencia nosotros decidimos hacerla a principios de junio y a media mañana.

Comenzamos a buen ritmo. Con estos tres compañeros tengo siempre las de perder y en más de una ocasión tuvieron que esperarme en los cruces. Toda la ruta es llana y por pista ancha y el paisaje no es especialmente atractivo hasta llegar a las inmediaciones de Rivas Vaciamadrid donde la vegetación recupera su color verde gracias a la humedad de los ríos Manzanares y Tajuña. Los cañones, poblados por infinidad de aves hacen las delicias de los ornitólogos, hacen que te olvides de que estás a apenas veinte minutos en bici de Getafe.

Ruta de JC.Serr@no en Wikiloc

 

A pesar de la nula dificultad técnica de la ruta hay que decir que no es 100% ciclable. El Pene de la Marañosa es como se llama a una formación rocosa con forma de columna que nos encontramos hacia la mitad de la ruta. Un derrumbamiento sepultó el camino y para poder atravesarlo es necesario echarse la bici al hombro y caminar un par de minutos por la ladera de la montaña.

La ruta continúa entonces por un camino muy llano que discurre junto a campos de labor. Lugar perfecto, pensó Miguel, para romper el tornillo que fija el sillín a la tija. Total, solo estábamos a 25 kilómetros del coche. Momento de crisis. Después de las risas de rigor y de las bromas soeces al respecto de cómo se le iba a quedar el trasero al sufrido compañero nos pusimos a pensar. 25 kilómetros son muchos kilómetros para hacerlos sin sentarse, sobre todo teniendo en cuenta que nos quedaba subir y bajar La Marañosa. Como el sillín es de calidad, no así la tija, decidimos guardar el sillín y fabricar un sustituto.

Recogimos del suelo una botella de coca-cola de dos litros y la doblamos de manera oportuna para darle cierta consistencia al muñón que íbamos a improvisar. Un par de cámaras enrolladas y una bolsa de tela que casualmente llevaba Raúl encima sirvieron para fabricar un… «algo» donde Miguel pudiera apoyar de vez en cuando el culo para descansar las piernas.

 

Así las cosas conseguimos llegar hasta el incio de la subida. Como era sábado por la mañana y los comercios estaban abiertos Raúl y Lude se ofrecieron a acercarse a San Martín de la Vega con el propósito de comprar un tornillo de recambio. Gran detalle. Por nuestra parte, Miguel y yo propusimos continuar la ruta poquito a poquito, siendo el dolor de culo de Miguel el que marcara el ritmo. Esto duró tres minutos. Cuando quise darme cuenta me sacaba doscientos metros y subía como si fueran a prohibir montar en bici al día siguiente. Nos reagrupamos arriba, comimos una barrita, y decidimos bajar, poquito a poquito, a la espera de que Lude y Raúl nos dieran alcance. Esto duró medio minuto. Miguel se tiró para abajo como si fueran a prohibir montar en bici al día siguiente.

Y así, poquito a poquito, llegamos a las inmediaciones de Perales del Río. Conocíamos de una ruta anterior un bar con una buena terraza donde refrescarnos. Cuando estábamos dando cuenta de un buen aperitivo recibí la llamada del comando tornillo. Nos preguntaban que dónde estábamos. Les conté que poquito a poquito habíamos llegado al bar y les insté a unirse a nosotros. Nos comunicaron la mala noticia de que Lude se había caído…Subiendo La Marañosa. ¿Quién se cae subiendo La Marañosa? Cuando llegaron nos dieron explicaciones.

Su misión en San Martín de la Vega había sido todo un éxito y volvían extasiados para hacerle entrega a Miguel del tornillo que salvaría la poca dignidad que le quedaba. Tan contentos iban que subían La Marañosa a saco. Adelantando a un ciclista que iba más despacio que ellos Raúl iba delante y Lude detrás. Raúl quiso recuperar el carril demasiado pronto, Lude tocó con su rueda delantera la trasera de Raúl (el famoso afilador) y el resultado fueron un par de buenos raspones en el cuerpo de Lude, sobre todo en su rodilla. Chapa y pintura a fin de cuentas, pero escocía solo de mirarlo.

Miguel sin sillínMira qué alegre se le ve

 

Nos costó bastante colocar el tornillo en su sitio, pero Miguel pudo terminar la ruta cómodamente apoyado en el sillín. Lude y Raúl, como recompensa por su arriesgada misión y en compensación por los daños sufridos, fueron convidados al aperitivo y recibieron el sincero agradecimiento de Miguel y de su culo.

Sin más contratiempos (ya está bien, ¿no?) volvimos a El Cerro de los Ángeles donde estaban nuestros coches.
En total fueron alrededor de 50Km aunque a Miguel le parecieron 1000.

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