En una entrada anterior, queridos y fieles lectores, introducía el tema de mi cambio a monoplato. En esta segunda entrada (de una serie de tres porque en la próxima compartiré mis valoraciones sobre el terreno) voy a explicaros todo lo acontecido durante el proceso de sustitución de mi sistema de doble plato, con el que yo era tan feliz, por el plato simple y todas las peripecias y maldiciones de las que, sin duda, he sido víctima. A la hora de escribir estas líneas, viernes 29 de enero por la tarde, he recuperado la compostura, perdida entre el miércoles y viernes por la mañana por la sucesión de desastres mecánicos que sin más preámbulos comenzaré a contaros ahora mismo. Vamos a ver cómo hacer un cambio a monoplato barato.
Comenzaré diciendo que yo me tenía por un mecánico razonablemente bueno. Al menos, nivel usuario avanzado. Pues toda mi experiencia, que son años trasteando con bicicletas, se han ido a la mieeeeeeerda esta semana.
Lo primero, lógicamente, es desmontar los componentes de doble plato. De manera que comienzo con el casete. Me costó un huevo y medio. No quería salir. Estaba como gripado al núcleo y tuve que echar aceite (con cuidado y talento para no manchar el disco) y hacer palanca con cuidadito y un buen destornillador. Salió, pero me hizo sudar.
A medida que iba quitando componentes iba pesándolos para poder documentar al final del proceso el ahorro de peso.
Seguro que ya lo sabéis pero para quitar un casete se suelen necesitar dos herramientas: una estriada para desenroscar la tapa y una que es una palanca con un par de trozos de cadena para fijar el casete y que no gire, ya que la tapa es una tuerca que se afloja en el mismo sentido de giro del casete. No he documentado este paso porque seguro que en entradas de la prehistoria de este mismo blog hay fotos y explicaciones precisas y (bastante) profesionales.
De momento vamos bien. Sigamos ahora con los platos. Atentos, que empiezan las torpezas. En un primer intento trato de evitar sacar las bielas desatornillando los platos y sacándolos por la biela. No puedo porque el primero no sale por poco. Pero no se me ocurre pensar que el pequeño, de 24t no iba a salir ni de coña: raciocinio humano 1 – Moisés 0.
De manera que saco las bielas y con comodidad desatornillo los platos quitando los tornillos de serie de las bielas XT: de aluminio y con cabeza torx.
Platos fuera.
Y los pesamos, naturalmente.
Bueno… intentar sacar los platos sin desmontar las bielas ha sido una torpeza, pero tampoco hay que volverse loco. Los platos están fuera y el monoplato presentado. Pero antes de montarlo, lo peso. Se trata de un plato ovalado de 32t sin offset de Aliexpress comprado por cuatro duros. Esto es, lo de no tener offset, que es plano y no ayuda a centrar la cadena en el caso de montarlo en unas bielas de doble plato como voy a hacer yo. De haberlo tenido en cuenta, lo hubiera comprado con medio centímetro de offset para que la cadena fuera menos cruzada en la corona grande (Capitán A posteriori).
Atención, que empiezan las curvas. No es la primera vez que pierdo un tornillo de plato por no apretarlo en condiciones y por lo tanto tengo especial cuidado en dejar el monoplato firmemente fijado a las bielas. Estas no tienen rosca de manera que por la parte de atrás, no se ve, van las tuercas con una muesca, una ranura, para sujetar la tuerca mientras apretamos el tornillo y evitar que ambos giren y conseguir el apriete.
Pues no tenía los santos cojones de apretar bien los tornillos. Esto, que es de primero de mecánica de bicis y he hecho dos millones de veces, simplemente «no me salía». Así que como hoy en día hay herramientas para todo y Amazon te lo pone en casa de un día para otro, me compré, flipa, la herramienta de Shimano específica para sujetar esas tuercas con ranura.
Así que dejé la tarea de apretar el plato a medias hasta recibir la llave y me puse a montar el prolongador de la patilla del cambio que venía con el casete. Siendo este de 50t, iba a necesitarlo.
Pues el tornillo que unía el prolongador a la patilla del cuadro era de aluminio… y primero lo pasé de rosca y luego acabé de joderlo. Yo compro mucho en Aliexpress y la mayoría de las veces con acierto pero creo que el «putas mierdas chinas» en este caso se escuchó en Wisconsin.
Nada que un minuto en Amazon no solucione. Al día siguiente tendré un prolongador nuevo en casa por 7 €. Se me estaba complicando la cosa, no te voy a decir que no… Pero ahora sí que hay que agarrarse, que viene la parte del casete nuevo. Se trata, una vez más, de una adquisición de Aliexpress.
Por poco más de 70€ un casete 11-50 con un buen peso… no me pareció mala compra.
Al tratar de apretar el cierre del casete, no cogía rosca. Y cuando la cogía, entraba torcida. Pude estar cerca de una hora con los ojos inyectados en sangre tratando de poner la rosca derechita hasta que se me hinchó tanto la vena que la metí torcida hasta el corvejón. Podríamos hacerlo pasar como un caso de locura transitoria. Y me acosté. No quise seguir porque sin duda no estaba siendo mi día.
Tuve pesadillas con núcleos de la marca Miche, con chinos y con roscas trasroscadas. A la tarde del día siguiente me fijé en que, al haber metido el cierre del casete trasroscado, las coronas más pequeñas hacían un ocho al girar así que decidí tragarme mi orgullo de mecánico aficionado y recurrir a la ayuda de un profesional. Me llevé la bici al taller aprovechando que tenía que ir para comprar una cadena 10v, que la que tenía puesta no era lo suficientemente larga para llegar a la corona grande de 50t.
El mecánico desmontó el núcleo de la rueda (yo no tuve ni talento ni paciencia ni ganas para hacerlo) y… ¿A qué no sabéis qué pasó? un tornillo, el que hace de prisionero del casquillo del lado del disco, un tornillo con cabeza allen de 2 mm que yo había estado manipulando estaba con la cabeza redondeada. Apuntad otro en mi cuenta, suma y sigue. Sujetó el núcleo en un tornillo de banco y con grasa, una herramienta de cierre de casete profesional y un cierre de acero pudo rehacer la rosca. Ole. Parece que la cosa empezaba a mejorar. Pero me dijeron que los rodamientos del núcleo y de la rueda estaban hechos una mierda. Y es verdad que girando el eje a mano se notaba mucha fricción así que aprovechando que estaba desmontado dejé la rueda allí para que le cambiaran los rodamientos.
Esa noche dormí un poco más tranquilo.
Al día siguiente fui a por ella y como ya no me fío de mis capacidades cognitivas llevé el casete para que de paso me lo montaran. Y como un niño con zapatos nuevos me volví a casa dispuesto a terminar la operación de cambio a monoplato, que me cago en cuando se me ocurrió la idea con lo bien que me iba a mi el doble plato. ¡Maldito postureo!
Antes de montar la rueda en la bici me puse a apretar los tornillos del plato, que recordaréis que es una cosa que tenía pendiente. Como ya había recibido la maravillosa herramienta Shimano ya podía fijar las tuercas y apretar los tornillos. ¿Y sabéis qué pasó? ¡Que pasé de rosca dos de los cuatro tornillos!
¿Qué me estaba pasando? ¡Me estaba idiotizando por momentos! Menos mal que soy de guardar las cosas y encontré una bolsita con un montón de tornillos de plato. Cogí cuatro de los buenos, de acero, de los que se aprietan con una allen y sus correspondientes tuercas que también se sujetan con una llave allen (un poquito más grande) en vez de tener la maldita ranurita (de los cojones). Al menos pude solucionar ese problema. Esos tornillos ya están bien apretados y no se moverán.
Pero cuando quise montar la rueda en la bici… no entraba. Ni de coña entraba. Con dos lágrimas cayéndome de los ojos como dos fundas de violín llamé al taller y como quedaban 20 minutillos para que cerraran me dio tiempo de acercarme corriendo con la bici a medio montar metida en el maletero del coche. Al llegar, lo primero que hizo el mecánico fue separar las pastillas de freno y meter la rueda con «relativa» facilidad. La cara de gilipollas que se me puso tendría que ser para verla. Seguramente apreté (o alguien en mi casa) sin querer la palanca de freno y al estar la rueda en el taller las pastillas se juntaron y en mi escalada de desesperación mecánica no me dio el conocimiento como para pensar en que la rueda no podía entrar por eso. Raciocinio humano 2 – Moisés 0.
Pero no… ya de vuelta en casa y tras meter la rueda no era capaz de ajustar el freno sin que rozara con la pastilla del interior, aún teniendo la pinza desplazada todo lo posible hacia dentro. Eso era cosa de la operación de mantenimiento del núcleo, que no había quedado como debería. Así que decidí ir por tercera vez al taller al día siguiente y dedicarme a tratar de ajustar el cambio, ya que había recibido el prolongador de la patilla de recambio (recodad que había jodido la rosca, qué raro en mi…).
No lo conseguí a la primera. Primero hasta que «descubrí» que los platos ovalados como el que yo había montado no se llevan bien con el sistema Shadow Plus de Shimano. Desactivando este pude mínimamente conseguir que la cadena pasara por todas las coronas pero le costaba mucho, muchísimo, bajar a la más pequeña. Así que tocando también un poquito el tornillo que aproxima el cambio al casete pude dejarlo medio aceptable.
Por cierto, que no lo he dicho, quité el resto de componentes de la transmisión 2×10 correspondientes al 2. Adiós al desviador.
Adiós al mando y adiós a cables y fundas.
En mi tercera visita al taller esta vez con la bici completa y el disco trasero rozando, el mecánico revisó el buje y se dio cuenta de que había montado un casquillo mal. Al colocarlo bien la rueda ha entrado en su alojamiento como si nada y el freno ha podido ajustarse a la perfección. ¡¡¡Bien!!!
Y ya que estábamos allí se ha enrollado y me ha ajustado el cambio. Yo no creo que hayáis tenido paciencia como para seguir leyendo hasta aquí, pero realmente lo que viene es muy interesante. Ha mandado a tomar por culo el prolongador, que además no había forma de dejarlo bien sujeto contra la patilla por la forma de ambos.
El prolongador era una fuente infinita de problemas en potencia
Ha sustituido el tornillo de separación del cambio por otro mucho más largo (de unos 2 cm). Con esto y su talento ha conseguido ajustar el cambio bastante, bastante bien.
Solo he podido probar la bici un poco por la calle, pero me ha dado muy buena impresión. Con la corona de 50 podéis ver que prácticamente la roldana superior roza… tengo que probar en una cuesta en condiciones qué tal se siente.
Menuda odisea mecánica mi paso a monoplato. Espero que haya merecido la pena. A ver si con suerte este fin de semana puedo probar la bici y escribir la tercera entrada con mis valoraciones. Permaneced atentos a vuestras pantallas.
Ah, por cierto, el ahorro de peso ha rondado los 300 gramos. No es la repera, pero todo ayuda.
Madre mía, Moi!! Se me ha caído un mito!
No me extraña. Me estaré agilipollando?