Sí, vamos a hablar un poco de matemáticas, de la teoría del monoplato.
Queridos y fieles lectores, ya he demorado bastante el momento de pasar mi bicicleta a monoplato. Desde el mismo día que la compré tengo en mente cambiar el doble plato por un monoplato pero siendo que con las 20 velocidades me he encontrado tan a gusto… He ido haciendo pereza. Hasta que los Perdedores fuimos al Parque de los Cerros de Alcalá, en noviembre.
En esas terribles cuestas encontré, una vez mas, mis límites. Siendo en los ascensos donde más sufro cualquier ayuda será bienvenida y el cambio a monoplato me aportará un desarrollo menor para subir paredones y un ligero ahorro de peso, que siempre es bienvenido.
Vamos a teorizar un poco, pero solo un poco, sobre los desarrollos. Tengamos presente la siguiente fórmula:
Que nos devolverá la distancia que nuestra bici recorrerá con cada pedalada.
Para calcular la circunferencia de la rueda podemos medir haciendo avanzar la bici una vuelta completa de rueda o aplicar la fórmula 2πr siendo r el radio de la rueda. El valor del radio depende del tamaño de la cubierta que tengamos, claro. En mi caso, para una cubierta de 2,1″ en una rueda de 29″ el radio mide 0,363m, de manera que la longitud de la circunferencia resultante es 2,280m. Esto quiere decir, que con cada vuelta que dé la rueda mi bici avanzará 2,280 metros.
Con esto en mente vamos a calcular mi desarrollo máximo y mínimo actual en la configuración 2×10:
- Mínimo = (24/36) x 2,280 = 1,520 metros
- Máximo = (38/11) x 2,280 = 7,879 metros
- Mínimo = (32/50) x 2,280 = 1,459 metros
- Máximo = (32/11) x 2,280 = 6,635 metros
Hay algunas webs que facilitan mucho el cálculo de desarrollos, como esta.
Ahora vamos a interpretar estos datos. Es evidente que perderé «velocidad punta». de avanzar 7,8m por pedalada a avanzar 6,6m hay una diferencia significativa, pero no me importa. Ir rapidísimo nunca ha sido mi prioridad.
En cambio con la nueva configuración avanzaré menos con cada pedalada con el desarrollo mínimo. Esto parece contradictorio pero la lectura que hay que hacer es que tendré que hacer menos fuerza para avanzar lo mismo a costa de dar una pedalada y un poquito más. Es como si el molinillo lo fuera más.
De manera que la teoría soporta mi decisión de cambiar a monoplato para sufrir menos en las cuestas duras. Como detonante del cambio también hay un grandísimo porcentaje de postureo, no voy a negarlo, claro.
En una entrada futura detallaré el proceso mecánico del cambio. ¡Permaneced atentos a vuestras pantallas!