Carta del mes de la revista Bike a fondo

 

Estoy muy contento. Hace un par de meses escribí una carta al director de la revista Bike a Fondo y me la han publicado como carta del mes. En el número 248 de diciembre de 2012. Además del orgullo de ver publicado algo mío en la revista líder del sector en España, que leo mes tras mes desde hace años, hay premio. Me regalan unas buenas gafas Spiuk. Cuando las reciba (se han puesto en contacto conmigo para pedirme mi dirección postal) escribiré mis impresiones sobre ellas.

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Aquí os dejo la carta. No es más que una reflexión (con algo de pataleta) sobre la dinámica del mercado de bicis y componentes de ciclismo de montaña. Nos empujan a consumir y renovar nuestro material según el criterio de los fabricantes. Sin pensar en qué es lo que realmente necesitamos para la práctica de nuestro deporte:

«En cierto modo la actualidad económica nos hace a los ciclistas afortunados porque la industria que sostiene nuestra afición (o la afición que sostiene nuestra industria) no solo capea el temporal con mucho éxito sino que además se beneficia del efecto negativo de la archinombrada crisis sobre el consumo de una gama de productos tan variados que van desde los combustibles hasta otras alternativas de ocio más caras a las que nos hemos visto obligados a renunciar. Los grandes fabricantes invierten en tecnología, testean sus prototipos en competición y cada año mejoran o renuevan su gama completa de bicicletas.

No soy ni experto en Marketing, ni economista ni empresario. No entiendo ni de balances, ni de facturaciones, ni de costes de producción. Pero entiendo que, como en cualquier industria, las marcas al principio de año fijan unos objetivos y al final del año los evalúan. Y si el objetivo de determinada marca es crecer en un determinado porcentaje y para ello necesita vender tropecientas bicicletas hará todo lo posible para crearnos la necesidad de renovar nuestro material a los consumidores. No niego la diferencia en la capacidad de frenado de los sistemas hidráulicos de disco frente a los tradicionales frenos V.

Tampoco la versatilidad de las dobles suspensiones, la capacidad rodadora de las 29″ o la ligereza, rigidez y capacidad de absorción de un buen cuadro de carbono. Sería de locos no admirar, por ejemplo, la tecnología de una Specialized Epic con sistema Brain. Parece cosa de magia.

Pero como consumidor tengo la máxima de comprar lo que necesito poniendo en la balanza además de la relación calidad/precio el uso que le voy a dar al material que adquiero. Como no voy a hacer descensos agresivos compré un buen cuadro rígido de aluminio. Le monté unos frenos V XT que frenan de maravilla. Como sé que no voy a salir a montar en bici cuando caigan chuzos de punta no me preocupa que los discos frenen mejor en mojado o con barro.

La transmisión, también XT, es 3×9 y dudo que me falte o sobre desarrollo en ninguna circunstancia. El carbono brilla por su ausencia en mi montura. Todos los componentes son de aluminio. Debido a la falta de oferta de horquillas de calidad para frenos V tuve que hacerme con una FOX de segunda mano. A muchos les sorprendería lo bien que funciona el mercado de segunda mano de la bicicleta en España.

Tampoco es fácil encontrar unas buenas ruedas para frenos V, pero encontré unas Mavic Crossmax SL que cumplen de sobra con mis espectativas. En resumen, como tengo un mínimo de conocimientos de mecánica he podido montar pieza a pieza una bicicleta rígida. Con tecnología de los primeros años del siglo XXI. Ronda los 10 Kilos en talla 20 y que no me marca los límites ni subiendo, ni bajando ni llaneando.

Mi duda es si realmente soy una especie en extinción o si por contra hay más aficionados que opinan como yo, que la dinámica del mercado nos aleja de nuestras necesidades reales para plantearnos cada vez más modalidades, más alternativas, más variedad, pero llevando el concepto de bicicletas de calidad de manera irremediable a la combinación de carbono, frenos de disco, doble suspensión, transmisiones 1×11 (que ya suenan) y ruedas de 29″ o 27,5″.

Leo BIKE desde hace años, desde que el material por excelencia era el acero y las marcas empezaban a apostar por el aluminio y hacían experimentos con el carbono. He tenido ocasión de probar o poseer bicicletas con estos avances, hablo con conocimiento. La evolución ha sido constante y eso es bueno y sano. Pero no olvidemos que rodamos por los mismos caminos que hace 20 años con horquillas rígidas y frenos cantilever. El deporte sigue siendo el mismo. Nosotros tal vez no.»

0 comentarios en “Carta del mes de la revista Bike a fondo”

  1. Genial la carta Moises, te doy toda la razón y siento decir que yo soy uno de esos que se ve influenciado por el mercado y por aquello de tener lo último de lo último sin pensar si realmente lo necesito…

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