Hace unas semanas, al principio de las vacaciones de verano me acerqué un día a pescar (sin suerte, todo sea dicho) y vi unos carteles señalando una serie de rutas con muy buena pinta. Entre ellas la ruta de Casasola en Navalperal de Pinares.
Esa misma mañana consulté la página web del ayuntamiento para ver la información completa y al día siguiente me dispuse a recorrer en bicicleta la más larga de ellas, la ruta Casasola.
Esta ruta forma parte de una colección de cuatro y me gustaría destacar la excelente señalización empleada con postes cada pocos metros. Resulta imposible perderse aún sin llevar GPS.
No es especialmente dura. Tiene algunas rampas fuertes al inicio que por prudencia preferí subir a pie. Las subidas explosivas son mi punto debil. Uno de ellos, vaya.
Comenzamos en la piscina municipal, con unas duras subidas por un camino bastante roto. Nos iremos desplazando en dirección noroeste durante bastante rato para afrontar la primera parte del recorrido, fundamentalmente de subida. Tendremos que remontar desde los 1250 metros de altitud del pueblo hasta los casi 1500 del parque eólico.
A la salida del pueblo y tras cruzar la carretera AV-501 un poco más arriba de su cruce con las vías del tren, entramos en el bosque y en los calurosos días de julio agradecemos la sombra. Tras cruzar la carretera veo que el terreno está muy compactado. Típico barro seco. Me hace entender que en época de lluvias debe ser complicado rodar por esta zona porque seguro que se forman muchos charcos.
Poco a poco irán desapareciendo los árboles. No conviene hacer esta ruta en verano durante las horas centrales del día porque se recorren muchos kilómetros al descubierto. Igualmente, en invierno, pasaremos por zonas muy frías y donde el viento soplará muy fuerte.
Oficialmente la ruta distingue cinco puntos de interés durante el recorrido: unos pilones, una ermita, cabañas de pastores, unas ruinas… decido parar a curiosear un chozo de pastores que me encuentro a pocos metros del recorrido.
Hoy en día sería muy extraño que se usaran este tipo de construcciones, los pastores tienen buenos coches para subir a los montes.
Ya en la parte más alta del recorrido, en el parque eólico, comienza el descenso constante en dirección sur hasta el embalse de Navalperal. Hay que para al otro lado por la parte inferior de la presa. Se puede hacer sobre la bici si se va fino técnicamente. Yo, yendo solo, preferí no arriesgar.
Una vez abajo cruzamos el pequeño arroyo por un puente formado por un par de tablones y volvemos a subir al nivel del agua para tomar camino de Navalperal de Pinares sin dificultades.
En resumen, se trata de una ruta bonita, con muchos alicientes, técnicamente fácil y ciclable al 99%.
Casi todo el desnivel se acumula en los primeros siete u ocho kilómetros, el resto es llaneo y bajada. No recomiendo hacerla en verano a no ser que se madrugue para ello. Tampoco en días muy fríos a no ser que se vaya muy bien equipado.