Hace mucho tiempo que no escribo una entrada de Ilustres Perdedores, donde os hablo desde la patatita de alguno de los miembros de esta pequeña comunidad de amigos con una afición en común: la cerveza después de una ruta en bici de montaña. Pero siendo que esta es la entrada 200 del blog me ha parecido que merecía la pena aprovechar un hito tan significativo para honrar a uno de los perdedores más carismáticos que tenemos y por el que tengo especial debilidad, Pablo. No va a ser fácil porque hablar de Pablo es como hablar de mi mismo y voy a ver si soy capaz de no emocionarme mucho por el camino. Pablo es un Perdedor de pura cepa, vaya eso por delante.
Haber tardado 8 años (y unos cuantos artículos monotemáticos sobre otros Ilustres Perdedores) en escribiros sobre Pablo no es casualidad. Parece contradictorio, siendo Pablo una de mis personas preferidas en este planeta, no haber escrito antes este artículo….¡Pero es que el tío cojonazos apenas monta en bici una o dos veces al año! Y he tardado todo este tiempo en darme cuenta de que es precisamente eso, el tener la bici hecha unos zorros, el llegar tarde a costa de la bronca de Miguel, el no hacer la ruta pero apuntarse a la comilona de después, etc… ¡Lo que mejor define la esencia de Perdedores BTT! Y encumbra a Pablo como un verdadero practicante de la doctrina perdedora.
No recuerdo a Pablo nunca haber dicho «me he ido a dar una vuelta con la bici» o «me he hecho esta ruta, a ver si la hacemos juntos», nah. Pablo es lo que podríamos decir «un ciclista social» y tiene bicicleta porque sin ella no se puede venir a montar en bici con los colegas. Tan sencillo como eso. Y si la ruta es en invierno no es raro verle montando en bici con bufanda. Si es en verano, con las gafas Ray-Ban. Y como monta una vez al año cada vez tiene que comprarse zapatillas nuevas porque de un año al otro las pierde… Pero va el tío y te aguanta toda la ruta como si nada. ¡Ay, si entrenara un poco qué ciclista sería! ¡Qué deportista se ha perdido el mundo!
Pero a cada cual lo suyo. En esto estaréis de acuerdo conmigo los que le conocéis. Da gusto estar con él, ya sea montando en bici o donde sea. Siempre. Te saca la sonrisa con sus ocurrencias o sus despistes, que los tiene. No en vano le llaman «el fiestas», no es un mote gratuito.
Pablo tiene una BH Expert que compró en El Corte Inglés hace la tira de años. Salió a mitad de precio gracias a un descuento que podríamos calificar de dudosa procedencia. Una bici digna en su día a la que le mejoramos años después ruedas y frenos. Y no le hables de cambiarla, porque ni lo considera. Para Pablo la bici es una cosa con ruedas y con pedales que sirve para echar un rato con los amigos… Y después irse a tomar unas birras.
Si aceptamos que cada cual tiene su papel en la grupeta (no me gusta esta palabra), tendríamos al que es bueno en mecánica, al de los cachivaches tecnológicos, al fuerte subiendo, al que es bueno bajando… Pablo es el de las bromas, con el que quieres rodar en paralelo diciendo gilipolleces. Al menos a mi me pasa: Pablo y yo podemos estar años sin vernos y no pasa nada. Sabemos el uno del otro que ahí estamos y cuando nos reencontramos en menos de un minuto ya nos hemos puesto al día. Es lo que tiene conocerse de toda la vida. Y es que, para mi, estar con Pablo es como estar en casa.
Me has hecho entrar en lágrima ����, la verdad es difícil describir con palabras los sentimientos que tienes con ciertas personas y más como somos los tíos, mil gracias por tus palabras y decir que así soy yo tal y como me describes y eso solo lo puede hacer alguien con el que has compartido toda una vida y lo que nos queda hermano. Seguiremos contandonos batallitas y partiendonos el culo de risa, un día de estos, cuando me acuerde jejeje, me echo la manta a la cabeza y cambio de bici o me compro unas perneras jajajaja, o te sorprendo y redacto un post aunque tú para eso tienes un don. Te quiero amigo.