Me gusta mucho ir entre semana a dar una vuelta por los senderos de la Casa de Campo. Como apenas hay gente se le quita el carácter de parque y si haces el ejercicio mental oportuno incluso te puedes hacer a la idea de que estás en la montaña. Si además te propones salirte del recorrido habitual la diversión está garantizada.
En esta ocasión quería utilizar una bicicleta que hace tiempo que no sacaba: una modesta BH Top Line. No es nada del otro mundo pero me resulta muy divertida de manejar. Ideal para hacer el tonto por los senderos de la Casa de Campo.
Empezando en la puerta de Húmera rodé sin rumbo enlazando unos senderos con otros y disfrutando de la sensación de tener los caminos para mi solo. Llegué sin proponérmelo hasta la cuesta de la muerte.
Desde arriba impresiona menos que desde abajo… Pero aún así no me tiré. Iba solo y la prudencia me lo desaconsejó.
Las vistas de Madrid desde los puntos altos de la Casa de Campo me permitieron ver la asquerosa boina de contaminación que estamos sufriendo los Madrileños estas semanas.
Llegando al final de la ruta me di cuenta de que el tornillo del eje de pedalier estaba casi fuera. Por suerte llevaba una multiherramienta con la medida de allen necesaria. No es la primera vez que me pasa. Tendré que hacerme con un bote de fijatornillos.
Aprovecho esta, casi seguro, última entrada de 2015 para desearos a todos los perdedores y a aquellos que perdéis unos minutos leyendo este blog unas.. ¡¡Felices Fiestas!!