Ruta de los Riscos y Atalayas en Bicicleta

O al menos una parte bonita de la ruta de los Riscos y Atalayas de las Navas del Marqués fue lo que recorrí el pasado domingo 6 de septiembre para desesperación de mis piernas y de mi estómago vacío. Os lo cuento.

Impresionantes vistasImpresionantes vistas

 

Este maldito 2020 nos ha privado de nuestra reunión anual, nuestra ya tradicional BiciCoa que celebraríamos en su séptima edición de no haber sido por la inconveniencia de hacerlo en las circunstancias en las que nos encontramos. No obstante, un servidor diseñó hace meses el recorrido sobre el papel y siendo que el trazado discurre por caminos inéditos para mí he considerado prudente recorrer dichos tramos para verificar que el mapa refleja la realidad y que además uno puede ir por los caminos con la bicicleta sin tener que tirar campo a través ni saltar cercas.

Panfleto disponible onlinePanfleto disponible online

 

Aparqué el coche junto al restaurante Magalia. El recorrido que quería realizar era en parte conocido: llegar al área recreativa El Valladar por el Risco de los Dineros para continuar en paralelo a la M505 hasta la Atalaya de los Picozos. Este primer tramo es MUY bonito de rodar. La subida al Risco de los Dineros la hice con calma, buscando la trazada buena entre las numerosas roderas, piedras y raíces.
La BiciCoa 2019 pasó por aquí, inmortalizando el momento como mandan los cánones.

Mirador junto al Risco de los DinerosMirador junto al Risco de los Dineros

 

Poco después, por el mismo camino pero ahora en divertido descenso llegamos a «El Pensador»…

Foto compartida por el usuario Paz_73Foto compartida por el usuario Paz_73 en wikiloc

 

Pero tonto de mi me entretengo mirando un chozo y la roca tallada me pasa desapercibida. Es ahora, mirando el panfleto de la ruta que os he puesto más arriba que la veo y seguro que tendré que volver por allí para observarla en directo.

Tronco indicativo de la escultura de El PensadorTronco indicativo de la escultura de El Pensador

 

El chozo molaba bastante, eso sí.

Chozo modernoChozo moderno

 

Hasta la Atalaya de los Picozos se llega con facilidad. El terreno es predominantemente descendente y se hace divertido. No es sendero, pero hay piedras que esquivar, raíces… elementos con los que entretenerse.

La Atalaya, lógicamente, está en un alto. Plato pequeño y molinillo para subir. En lo alto del todo hay un mirador y para llegar hasta él no tengo más narices que caminar. La senda es muy estrecha y con mucha piedra suelta y rocas gordas que me hacen imposible (vamos… ni lo intento) subir en bicicleta.

Tronco indicativo de la Atalaya de los PicozosTronco indicativo de la Atalaya de los Picozos

 

La vista es impresionante. Hace tres años fue la primera y única vez que estuve por aquí. Ese día me perdí de lo lindo, pero disfruté de la ruta.

Vistas desde el miradorVistas desde el mirador

 

Hasta entonces la ruta iba bien… comenzaba ahora a recorrer parte de terreno desconocido. Y la primera, en la frente: la bajada por una trialera de la muerte. No es obligatoria, que para pasar un mal rato no sale uno a montar en bici. Se puede volver a bajar desde el mirador y continuar por un camino que nos lleva hasta la pista que corre paralela junto a la vía del tren, que es a donde va a parar el sendero de la trialera igualmente.

 

Disculpad, followers, el vídeo en vertical. No os digo más que para grabarlo estaba sujetando la bici de pie con los muslos.
En mitad de la trialera, que recorro en su totalidad a pie y con cuidado, veo las ruinas de una antigua construcción militar de la Guerra Civil. Junto a la vía del tren veo otra similar.

Restos de la Guerra CivilRestos de la Guerra Civil

 

Un poco de falso llaneo me lleva a cruzar la vía del tren por la carretera de Valdemaqueda en dirección a la localidad madrileña. Justo tras pasar el puente tengo que salir del asfalto a la derecha y los ojos se me ponen como platos. La pista desciende fuertemente y tras 30 o 40 metros me doy cuenta de que me he equivocado de pista. Remonto a pie lo descendido pero no encuentro el camino bueno que me marca el track. Estoy usando Oruxmaps en el móvil, así que la mitad del tiempo de ruta me lo paso parando para sacar el teléfono del bolsillo y orientarme.

No hay camino, definitivamente. Tal vez hace tiempo lo hubiera, pero ahora no… así que comienzo a caminar campo a través y enseguida veo una senda bastante perdida pero que me permite rodar. Llego hasta lo que en otros tiempos fue el cercado de una pequeña explotación ganadera y el camino se adivina mejor. Tengo que cruzar un arroyo que por suerte está seco justo en el lugar donde una vaca con los cuernos muy largos está pastando.

Después de tantos años no les tengo miedo a los cuadrúpedos rumiantes por mi astados que estén, pero cruzar el arroyo (seco) iba a requerir movimientos bruscos que bien podrían asustar al animal y lo que me faltaba era ser corneado (con trayectoria ascendente, muy posiblemente) en mitad de la nada y sin haber desayunado, que esa es otra, estaba en ayunas porque esto «iba a ser un paseo de reconocimiento».

Más restos de la Guerra CivilMás restos de la Guerra Civil

 

Los usuarios de Oruxmaps sabéis que al seguir un track esta excelente aplicación te pinta de colores el recorrido en función del desnivel… pues ahora tocaba rojo, pero rojo, rojo.

Me encuentro cerca de donde Jaime (el de Guadarrama) se calzó tan tremenda ostia en la BiciCoa 2019. pero en vez de bajar felizmente me encuentro subiendo echando el higadillo. Pero bueno, el recorrido es exigente pero realizable, que a fin de cuentas estamos montando en bicicleta en el monte.
Vuelvo a pasar por encima de la vía. Pienso en echar una foto para documentar esta entrada pero no me da la vida, haced, queridos lectores, el ejercicio de imaginad la instantánea.

Decido tomar el camino más rápido hasta las Navas del Marqués porque se me está haciendo tarde y lo que quería explorar era principalmente la trialera del infierno de bajada de la Atalaya de los Picozos, y eso está ya hecho. Ruedo por una pista recientemente arreglada, posiblemente para que pueda actuar como cortafuegos, de nuevo paralelo a la vía del tren. Va picando hacía arriba, pero es lógico ya que tengo que llegar hasta los 1300 metros de altitud y estoy unos 150 metros por debajo. De pronto se me cae el mundo encima. Levanto la vista del camino y solo veo una pared, tal era la pendiente de la pista. No se veía el final, no se veían los árboles de arriba. Menuda bajona.

Perfil de la etapaPerfil de la etapa

 

Pero no quedándome más remedio que subir, lo hago caminando. La pateada me deja exhausto y con el corazón en la boca. Se me pasa por la cabeza tomarme un gel, que siempre llevo en la mochila. Pero me da miedo que estando en ayunas me fuera a sentar mal y acabar haciendo un pan con unas tortas, así que me empecino y sigo subiendo a las bravas. Al llegar arriba no veo el desvío que debo de tomar porque las máquinas que han estado arreglando los caminos han amontonado tierra de manera que lo tapan. Este contratiempo me supone caminar campo a través otro ratejo… y me mina la moral.

Menos mal que al poco rato veo a un senderista que tras más de una hora de soledad me recuerda que estoy a tiro de piedra del pueblo. El tipo, muy amable, me saluda y me dice que ánimo. Se ve que llevaba yo en la cara la viva imagen de la muerte por agotamiento.

Track disponible en Wikiloc

 

Mal que bien una vez encontrada la pista desaparecida puedo subirme en la bici y llegar a Las Navas dando pedales con cierta dignidad, pero siempre con la pista picando hacia arriba sin piedad ninguna.

Subí la bici al porta del techo y fui directo a la churrería, que las penas con porras son menos penas.
Me tiré el resto del día con flojera. Este verano he montado en bici con frecuencia pero sin intensidad. A ver si consigo coger un poco de forma, que el otoño es muy buena época para la bici.

Recovery tradicionalRecovery tradicional

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