Aprovechando el largo puente de la constitución y la Inmaculada he viajado al Valle de los Pedroches y tenía en la cabeza hacer una ruta MTB De Conquista a Villanueva de Córdoba en bici por caminos.
El campo ha agradecido la lluvia de las semanas precedentes mostrando un verdor que hacía meses que no veíamos y el agua corría por todos los arroyos por pequeños que fueran. Acompañado del sol y de la excelente temperatura la dehesa ofrecía un espectáculo más propio de primavera que de mediados de otoño.
Hace tiempo que tenía ganas de cerrar esta ruta. Me ha llevado varios intentos frustrados por caminos cerrados al público o malos momentos de forma o fuerza mental. Este verano aprendí el camino de ida de Conquista a Villanueva de Córdoba. La vuelta la hice por carretera. Buscando en wikiloc encontré cómo hacer el sentido inverso por caminos, mucho más seguro e interesante, al menos para mi.
Así las cosas y como no estoy saliendo mucho con la bicicleta últimamente, antes de intentar la ruta decidí probar las piernas con un recorrido conocido. Además de corroborar que el campo está espectacular, me alegró comprobar que el cuerpo respondía. Algo harán las sesiones caseras de rodillo. Me sorprendió también gratamente que estuvieran arreglando los caminos de alrededores de los pueblos. Si algo echo en falta cuando monto en bicicleta en Conquista son senderos. Para mi son la salsa de este deporte. Tal vez los haya y no he dado con ellos todavía, pero la cuestión es que todas mis rutas discurren por pistas anchas. Siendo así, cuanto mejor firme tengan, mejor.
Sabiéndome capaz de finalizar la ruta diseñada sobre el mapa con garantías, el viernes después de comerme un cocido (energético natural) me vestí de torero y con cierta resignación porque el sofá me estaba llamando a gritos después de tan copiosa comida me dispuse a recorrer la distancia entre conquista y Villanueva antes de que se me hiciera de noche. Y adelanto que lo conseguí por poco pues empezaba a oscurecer cuando entraba de vuelta en Conquista por la Vía de la Plata.
El track puede descargarse de Wikiloc
El recorrido comienza ascendiendo por el camino que lleva hasta los pinos donde se encuentra el repetidor de televisión. No me gusta empezar ascendiendo pero en este caso no queda más remedio. En 2,5 kilómetros remontamos aproximadamente 115 metros. No está mal para calentar. Aquí comienza la parte más bonita de la ruta. Se rueda por camino generalmente descendente. Pocos coches circulan por aquí de manera que en lugar de una pista acondicionada y mantenida lo que hay es el típico trazado de las dos ruedas de los coches.
Es entretenido ir buscando la mejor trazada esquivando (o saltando) rocas y roderas hasta llegar al arroyo de Navaluenga que cruzamos sin problemas ya que apenas lleva 10 centímetros de agua.
Ahora toca apretar los dientes y sufrir. Nos vamos a acordar de todo lo que hemos disfrutando bajando porque toca recuperar cota. Estamos a unos 530 metros de altitud y hay que subir hasta los 650 en poco más de un kilómetro.
Una vez superada esta, la parte más dura del recorrido, rodamos por el mismo tipo de caminos hasta que enlazamos, aproximadamente en el kilómetro 8,5 con una pista ancha que nos lleva hasta Villanueva de Córdoba. Esta pista pica hacia arriba y no ofrece nada, realmente. Se hacen largos los 7 kilómetros que hay que transitar por ella. Tal vez en una evolución de esta ruta busque un recorrido alternativo para llegar al pueblo con mayor disfrute.
La pista aburrida finaliza en la carretera CO-6103. Tras descansar un rato (no mucho para que no se me haga de noche) comencé el camino de vuelta. Lo bueno es que es predominantemente de descenso. Lo malo es que no lo había hecho nunca y además de ir mirando el GPS con cierta frecuencia para ver que iba por el camino correcto no tenía la seguridad absoluta de poder finalizar la ruta o si por contra me encontraría alguna cancela que me lo impediría.
Al principio para volver se rueda por el mismo tipo de pista aburrida, pero con ligera bajada. Paré para abrigarme porque además de que el sol estaba bajando y casi siempre iba ya por sombra la velocidad de crucero aumentaba y la sensación térmica era de pocos grados. No olvidemos que estamos en diciembre y cuando baja el sol el frío se hace el protagonista.
El camino de vuelta está, generalmente menos «usado» que el de ida. Se notaba porque la hierva casi se había comido el camino en algunos puntos. Por suerte no me encontré ni barrizales ni charcos insalvables. Este camino lo había intentado una vez en sentido inverso, desde Conquista a Villanueva, y en época de lluvias se inunda.
Llegué de vuelta unas dos horas y media después con el sol cayendo a mi espalda. Prueba superada. La ruta, como podéis ver por los datos, no entraña dificultad alguna para un ciclista mínimamente entrenado. Pero para un perdedor desacostumbrado al saber de la victoria cualquier meta conseguida sabe a gloria, por modesta que sea.