MTB por la Sierra Norte de Madrid

Lo llaman la sierra «pobre», según Wikipedia, por su aislamiento y la pobreza de la zona. Yo imagino que también por comparación con los pueblos de la «parte cara» madrileña de la sierra de Guadarrama. La cosa es que la práctica del MTB por la Sierra Norte de Madrid está a otro nivel. Nosotros estamos aún por descubrirla y ya vamos tarde. De momento, el pasado 20 de octubre pudimos disfrutar de una ruta de las buenas. Te lo contamos en estas líneas para tu disfrute personal. No te lo pierdas porque merece bastante la pena, te lo digo yo.

Empiezo poniéndote el recorrido en Wikiloc. Como ves, por distancia y desnivel no es nada del otro mundo. Una ruta al alcance de cualquiera con un mínimo de forma física.


Track disponible en Wikiloc

Aunque ya sabes, tú que eres un experimentado ciclista, que Wikiloc mide de menos el desnivel (por lo que sea). Strava anuncia un poquito mas de 100 metros de ascenso, 539 metros.

Vamos por partes, que te embalas

La cosa, si me dejas empezar por el principio, es que a principios de semana comenzamos en grupo de Whatsapp de Perdedores a mover la convocatoria. En un principio solamente Javi y un servidor parecíamos tener disponibilidad para hacer la ruta pero al final se sumaron Sergio y el Bombi. Cuatro es un número ideal para salir en bici.

Buscando en mi lista de «Quiero ir» de Wikiloc vi esta ruta compartida por el usuario efunes3. En su día me llamó la atención. A día de hoy te adelanto que la he movido de la lista «Quiero ir» a la lista «Favoritos», no te digo nada. La propuse y parece que tuvo buena aceptación así que el domingo a las 9:00 (el Bombi un poco más tarde) estábamos en la plaza de Las Navas de Buitrago sacando las bicis de los coches dispuestos a disfrutar de un día de MTB del bueno. No sabíamos qué tal bueno iba a ser.

El día era excelente. No hacía nada de viento, el peor enemigo del ciclista. Y, aunque a primera hora el sol se mostraba tímido, la temperatura era buenísima y la probabilidad de lluvia nula. Con estas premisas y en esta época del año a mí particularmente me cuesta mucho decidir qué ropa llevar. ¿Guantes de invierno o de verano? ¿Pantalón largo o baggies? ¿Chaqueta o chaleco? Soy un mar de dudas, pero creo que acertamos todos. Cada cual a su manera, claro, que a Sergio (por ejemplo) a la mínima que asoma un rayo de sol le sobra todo y en cambio yo no me quité la chaqueta en todo el recorrido.

Comenzamos a dar pedales

Salimos de Las Navas de Buitrago en dirección oeste, hacia la autopista A1. Rodamos por una pista regulera. No es la mejor del mundo pero tampoco es terrible, se puede avanzar razonablemente bien. Aprovechamos para ponernos al día, ya sabes. Aunque estamos razonablemente en contacto, principalmente por Whatsapp, pertenecemos a la generación X y todavía disfrutamos mucho de contarnos las cosas cara a cara. Que si la cita de Tinder no fue del todo bien, que si parece que te suena la rueda y seguramente sea que tienes un radio roto, que si la niña le pregunta al padre si sabe lo que es una paja en mitad de la cena, que vaya vistas bonitas de la sierra, que si mira dónde está el cazador (íbamos escuchando tiros desde que llegamos al pueblo) que si tendría que purgar los frenos porque parece que van blandos, que si se te ha metido una rama entre el cambio y la rueda, espera que te la quito… Ya sabes, lo normal.

Rodando por pistaSe presentaba una jornada perfecta

Y todo esto, subiendo. Pendientes suaves, eso sí, pero picando para arriba. Al menos hasta llegar a la A1, momento en el que cambia la cosa y bajamos por la misma pista, que de repente se vuelve divertidísima. Apenas 300 o 400 metros, pero que nos dejaron muy buen sabor de boca.

Cerro Cinco Villas

Volvemos a subir. Nada serio, lo máximo que registra Strava es un 10%. Avanzamos un trecho razonablemente cerca de la autopista hasta que giramos a la derecha para aproximarnos al Cerro Cinco Villas. Se trata de un pinar con muy buena pinta. Hemos ganado altura y las vistas han mejorado notablemente.

Enseguida llegamos a Cinco Villas, el pueblo. Paramos en un mirador con unas vistas excelentes de la sierra de la cabrera a tomar un bocadillo de guayaba, a echar unas fotos y a admirar las vistas. Un panel explicativo sirve para identificar todos los picos siendo el más destacable el Pico de la Miel.

Mirador Cinco VillasMirador de Cinco Villas

Continuamos nuestra marcha. De momento la cosa va bastante, bastante bien. Salimos del pueblo rodando un poco por carretera. No hay mucho tráfico, pero sí que nos cruzamos con un par de coches. Con mucha prudencia salimos hacia un camino a la izquierda y continuamos nuestro camino por una pista de tierra, que es lo que nos gusta.

SelfieVaya cuatro tiarrones

¿Pero dónde está el camino?

Parece que en algún que otro tramo el camino se pierde un poco. Se nota que no está muy transitado. Mirando ahora el mapa, mientras escribo esta crónica, veo que hay alternativas mejores. Caminos más anchos que van al mismo sitio. Será que la gente prefiere usar esos, naturalmente, y los peores terminan desapareciendo comidos por la vegetación.

Volvemos a tomar un tramo de carretera. La M126 en este caso. Prácticamente sin tráfico. Salimos a la izquierda pocos metros más adelante. Atravesamos una cancela (ya llevamos unas cuantas, es un poco rollo la cantidad de puertas que hay que abrir y cerrar a nuestro paso) y comienza la parte más bonita de todo el recorrido.

PinarCamino impresionante por el pinar

Nos encontramos rodando en ligera bajada por el pinar que rodea el embalse de Puentes Viejas. No sabemos a donde mirar, porque todo es impresionante. ¿Tenemos esto a una hora de casa y no venimos todos los fines de semana? Además la pista está en perfectísimo estado y podemos levantar la vista para embelesarnos con el paisaje.

Hemos bajado en dirección sur hasta la altura de la carretera que hemos usado antes, la M126, pero en vez de cruzarla o transitarla giramos a la derecha para adentrarnos de nuevo en el pinar en dirección al embalse.

Embalse de Puentes Viejas

No veas tú lo que mola rodar tranquilo por una pista en bastante buen estado y tener a tu derecha la masa de agua del embalse y a tu izquierda un bosque precioso. Vamos, que no quieres avanzar porque sabes que ese momento tiene los minutos contados y cada pedalada que das está mas cerca de acabarse. Pero hemos venido a lo que hemos venido y disfrutamos rondando a ritmo suave por ese camino tan bonito. Sergio comenta, no sin razón, que es un buen lugar para una excursión con familia y amigos de las que solemos hacer cada equis semanas.

Embalse Puentes ViejasSi le metes zoom se nos ve

En cuanto a desnivel, este tramo tiene bastantes sube-baja, pero en ningún momento nos vemos obligados a hacer un esfuerzo enorme. Ni muchísimo menos.

BicisAparcamiento de bicis improvisado

El track original llegaba a hasta la orilla y a nosotros nos parece bien seguirlo aunque suponga luego volver por el mismo camino. Bajamos y aprovechamos para ir al baño y echar unas fotos. No ambas cosas a la vez, se entiende.

Selfie A nivel del agua

Los níscalos

Para llegar hasta el nivel del agua sí hay que bajar una rampa empinada que a la vuelta un servidor hace caminando. Lo malo es que mientras empujo la bici veo un par de níscalos y no puedo resistir la tentación de cogerlos. Y otros dos más adelante que tampoco iban a quedarse allí. Total, que el grupo se me escapa. Cuando me incorporo al camino dudo de haber tomado el desvío correcto y tengo que echar mano del móvil y de Wikiloc para orientarme. Voy bien. Sigo adelante y les veo a los tres parados. No esperándome necesariamente. Sergio había pinchado.

Arreglando un pinchazoArreglando un pinchazo con parches como perdedores que somos

No os hemos hablado de que Sergio tiene bici nueva. Una preciosa Canyon Lux Trail CF 7 que mola muchísimo. Si con la vieja bicicleta rígida de rueda de 26″ Rockrider 8.2 ya marchaba que daba gusto no veas ahora con la doble de 29″. Pero, con la desidia que le caracteriza, aún no la ha tubelizado. Mientras arreglaban el pinchazo un servidor, viendo que estaba todo bajo control, se dedicó a buscar más níscalos. Terminé llenando la red de la mochila. No quise seguir porque me iba a dar mucha rabia encontrarlos y no tener donde guardarlos.

NíscalosNada de llevarlos dentro, que las esporas tienen que caer

Vamos de vuelta

Rodamos en dirección sur aún por el pinar. Hazme caso, es impresionante.

Solo tuvimos un incidente que te voy a contar ahora. Como ya he dicho, había muchas cancelas que atravesar. Razonablemente nos íbamos turnando para abrirlas y cerrarlas. Esta le tocó a Sergio. Que no vio a tiempo que en el poste derecho de los portones había un avispero. Y no veas tú qué pedazo de avispas. No sabemos si serían de las asiáticas porque no las escuchamos hablar, pero que eran bien gordas te lo puedo asegurar.

Total que habiendo cruzado todos, Sergio procedió a cerrar la cancela para que no se escapara una yegua que había guardada. Y las avispas se molestaron por nuestra presencia y comenzaron a seguirnos. Salimos pitando pero a Sergio le picó una en la espalda. Se le debió de colar entre el cuerpo y la mochila. No veas qué dolor.

Quisimos dejar la puerta cerrada, que somos gente responsable, pero no había narices a acercarse. A tres metros ya te venían las avispas a picar. Cogí un palo con intención de empujar el portón… pero ni por esas. Un par de señoras que pasaban paseando por allí cerca al verme con el palo se pensaban que pretendía yo romper el nido o qué sé yo. Empezaron a decirnos que si las cabreábamos iba a ser peor. No te jodes… ¡Señora, que lo que quiero es cerrar la puerta para que no se pierda la yegua! Fuimos educados y le respondimos con amabilidad.

Manjirón

Comentando lo que nos había pasado seguimos nuestro camino. Señalamos entre risas que Sergio ya llevaba dos pinchazos y que como se descuidara Javi le daba el tercero. No voy a explicar mucho esta broma, si me lo permitís.

Llegamos a Manjirón y lo atravesamos. Me pareció un pueblo bonito. Pueblo-pueblo. Creo que se entiende el concepto.

Senda GenaroSenda del Genaro

Salimos por la carretera que lleva a la Presa del Villar pero enseguida nos desviamos a la derecha para disfrutar una de las mejores partes del recorrido: la Senda del Genaro.  Yo no sé quién sería Genaro, pero ole, ole y ole por él. Vaya cacho de senda que tiene. 70 kilómetros en total rodeando el embalse del Atazar. Nosotros rodamos por una parte de tan solo dos kilómetros que nos dejó con la boca abierta. Guapísima, con un puntito técnico que la hace muy divertida pero sin demasiada dificultad ni técnica ni física. Para repetir, sin duda.

Esto se acaba

Giramos bruscamente a la derecha para tomar una pista buenísima. El Bombi se pone a marcar el ritmo y llega un momento que le tengo que llamar la atención porque no es normal que cuatro amigos se junten para montar en bici y tengamos que soportar el ir con la lengua fuera porque al tío se le ponga en los huevos llevarnos a todo lo que demos. No es de justicia eso.

Una vez aclarado ese punto me pongo yo a tirar del grupo a todo lo que doy. Sabiendo que eran los últimos kilómetros no pasa nada por quemar todas las naves. Nos espera una cerveza fría en el bar del pueblo. De la que dimos buena cuenta, por supuesto. Nos faltó una racioncita, que había hambre. Pero el bar no tenía la cocina operativa. Nos tuvimos que conformar con unos torreznos de bolsa y un canapé de chorizo. Menos es nada.

Las cañasLas cervezas del final son lo mejor

La moraleja

No veas cómo lo pasamos, creo que ha quedado claro en la narración. Volveremos por la zona sí o sí. Ya tengo miradas unas cuantas rutas de MTB por la Sierra Norte de Madrid, de hecho. Espero que seas un follower como Dios manda y no dejes de leer puntualmente las crónicas de nuestras aventuras bicicleteras. ¿Tenemos un trato? Perfecto entonces. ¡Hasta la próxima!

1 comentario en “MTB por la Sierra Norte de Madrid”

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Scroll al inicio