Bikepacking por Soria – Ruta de los Templarios mojados

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Bueno, bueno, bueno, que no sé ni por dónde empezar de lo contento que estoy por contarte esto. Toda una ruta de bikepacking en Soria. Una versión reducida y pasada por agua de la Ruta de los Templarios. Y a «cuatro plumas», porque la crónica de cada una de las tres etapas la ha escrito un perdedor. Yo me limito a poner el pegamento.

Como después de tantos años ya nos vamos conociendo y sé que por culpa de las redes sociales te cuesta mantener la atención más de dos minutos seguidos (descuida, no es culpa tuya y no te lo tengo en cuenta) hemos preparado un vídeo para que desconectes el cerebro y te limites a disfrutar de las imágenes. Que si en el vídeo molan, no te imaginas cuando estás allí de cuerpo presente. Se te encoge todo lo encogible, te lo digo yo.

 

¿Ruta de los Templarios Mojados?

Te voy a poner en antecedentes. Como fiel lector que eres, seguro que recuerdas esta entrada del verano de 2023 protagonizada por Sergio y Jesús en la que nos contaban sus peripecias en una ruta de bikepacking por el Alto Tajo. Les pasó casi de todo, solo faltó que les mordiera un zorro. La cosa es que nos dieron mucha envidia, no te voy a engañar. Y ya desde principio de año se estaba barruntando la idea de hacer un viaje bicicletero en condiciones. Y la idea tomó forma de torrezno porque Sergio propuso basarnos en la Ruta de los Templarios,  en la provincia de Soria.

En la BiciCoa 2024 se comentó para que todo el mundo se diera por enterado y enseguida la maquinaria se puso en marcha: grupo de Whatsapp, concretar fechas, reservar alojamientos, perfilar la ruta definitiva, etc. Seis seríamos los valientes perdedores que recogeríamos el guante lanzado por Sergio: él mismo (hubiera sido raro que propusiera el plan y luego no fuera), Jesús, Jaime, Raúl, el primo Christian y un servidor.


Track disponible en Wikiloc

Los días elegidos fueron del 20 al 23 de septiembre porque era cuando nos cuadraba a todos. Nos hubiera gustado hacerlo un poco antes para evitar lluvias y poder disfrutar de un baño refrescante al llegar a cada destino, pero no podía ser. Estrenar el otoño en bici en Soria tiene sus cosas buenas (no hace calor) y sus cosas malas (puede que llueva) pero creo que globalmente la selección de fechas fue adecuada.

Viajamos el viernes con intención de dormir por la zona y el sábado comenzar con la primera etapa tempranito sin necesidad de levantarnos a las cinco de la madrugada. La configuración inicial (hicimos ligeras variaciones) de las etapas fue la siguiente:

  • Etapa 1: El Burgo de Osma – Salduero (77 Km – 950 m+)
  • Etapa 2: Salduero – San Leonardo de Yagüe (50 Km – 800m+)
  • Etapa 3: San Leonardo de Yagüe – El Burgo de Osma (53 Km – 170m+)

Y como en esta vida se puede ser de todo menos pesado, te dejo con la crónica de la primera etapa, narrada magistralmente por Jaime.


Sábado 21 de Septiembre. El Burgo de Osma – Salduero

Iniciamos el día en Bayubas de Abajo donde nos habíamos alojado. Dado que las previsiones eran malas, por no decir pésimas y que al parecer por la noche habían estado cayendo unas buenas mantas de agua, teníamos todo prácticamente cargado en los coches a las 7:45 de la mañana.

Empezamos con calma

Nos dirigimos a El Burgo de Osma para desayunar lo primero y después ya descargar las bicis de los coches y preparar las alforjas. Sobre las 9 de la mañana nos disponemos a empezar a rodar. Tenemos sobre el papel 75 kilómetros por delante y casi 1000 metros de desnivel sumado a unos nubarrones negros que nos acompañarían casi todo el camino.

Foto inicial en El Burgo de OsmaFoto inicial como mandan los cánones

Dejamos atrás El Burgo de Osma y circulamos en paralelo a la Autovía del Duero alrededor de un kilómetro en el que ya empezamos a ganar algo de altura. Realizamos un giro a la izquierda para ir adentrándonos a la zona boscosa y tenemos que salvar algún tramo de camino echando pie a tierra.

Tras esto el camino se ensancha y es una pista bastante cómoda para rodar, aunque en todo momento un sube y baja que desgasta bastante. La masa boscosa que tenemos a los lados es espectacular. Seguimos con ese sube-baja en el que vamos acumulando kilómetros y cansancio. Sobre el kilómetro 19 el paisaje se abre, llegando a una zona de labranza y empezamos una bajada cómoda que nos lleva al pueblo de Blacos, en el kilómetro 26. Reponemos de agua en la fuente al lado del ayuntamiento, en la Plaza Mayor.

Calatañazor y primera tanda de torreznos

El siguiente punto es Calatañazor donde queremos reponer un poco las fuerzas tomando unas cervezas y probar los torreznos, que por eso se han organizado estos 3 días de ruta. Al poco de salir de Blacos, tras una ligera bajada tomamos un desvío en el camino hacia la izquierda en donde nos encontramos un kilómetro con un desnivel bastante pronunciado que hace que cada uno lo suba como puede.

El sol hace tímidos amagos por salir, pero las nubes no están dispuestas a dejarlo brillar. En estos momentos dejamos la masa arbórea, mientras nos acercamos a Calatañazor por el suroeste. Las vistas sobre una colina de las ruinas del castillo junto el lienzo de muralla que rodea la localidad es espectacular. Así encaramos la rampa que nos queda, ya por carretera, para subir al pueblo, observar sus calles medievales y, cómo no, tomarnos un refrigerio bien merecido y que, sin saberlo, iba a resultar vital para el buen desarrollo de la ruta.

Comiendo torreznosEsto es lo mejor del mundo

Un servidor hubiera comido algún torrezno más pero no queríamos arriesgar mucho más con el tiempo porque las previsiones eran malas, muy malas y cuánto antes avanzáramos redundaría en nuestro beneficio.

Al salir de Calatañazor decidimos coger un “pequeño atajo” evitando una subida por un cerro al norte de esta localidad. Por ello seguimos la carretera para coger a 1,5 kilómetros un desvío a mano izquierda en el que el paisaje se compone por campos de labranza.

Ni bocadillos ni bocadillas

Al poco llegamos al siguiente pueblo, Abioncillo de Calatañazor donde pasamos por el puente del río Abión que a buen seguro da nombre a esta pedanía muy bonita que pertenece a Calatañazor.

Nuestro camino discurre junto a la orilla del río y nos lleva directamente a Muriel de la Fuente donde nos disponemos a buscar un sitio para comprar unos bocadillos y comer tranquilamente pero… no tenemos suerte. El único restaurante de la localidad nos dice que no pueden hacernos bocadillos, que no tienen pan y que lo sienten mucho.

Puentes preciosos a nuestro pasoPasamos por encima de puentes muy guapos. Jesús quiso quedarse a vivir debajo de este

Nos trastoca un poco los planes ya que tendríamos que esperar a la siguiente localidad. Por ello y echando una mirada a los cielos decidimos ir directamente al siguiente pueblo y no tomar un desvío para ver La Fuentona con lo que nos ahorramos otros pocos kilómetros de ida y vuelta.

Sin más dilación vamos saliendo de Muriel de la Fuente pasando por diferentes casas y sin ver un bar donde tomar nada, sólo un grupo de amigos en una casa haciendo una barbacoa. A punto estuvimos de pedir comida. Abandonando Muriel el sol hace un amago de imponerse a las nubes, pero no dejará de ser un espejismo.

Aquí no se come, solo se bebe

A partir de aquí y tras haber cogido una pista forestal muy cómoda para circular, comenzamos a subir en dirección al siguiente pueblo en el que ponemos todas nuestras esperanzas para poder comer algo. Tras unas subidas que no dejan de desgastar llegamos a una zona de sube y baja que desemboca en una carretera muy poco transitada que nos lleva a Cabrejas del Pinar.

En nuestra aproximación al pueblo se ven al fondo unos nubarrones bien negros. Albergamos la esperanza de que estén pasando y nos den una tregua en nuestro camino, el sol todavía aparece tímidamente. Entramos en el pueblo y nos encontramos con una placita donde hay una fuente donde rellenamos los bidones de agua. Cómo hay una señal que indica que hay una fuente romana a 50 metros, Jesús, Sergio y yo, Jaime, nos dirigimos a ver donde se encuentra. Vemos en uno de los chalets de alrededor a una persona en el jardín y le preguntamos de algún sitio para comer. Al no ser del pueblo, entra para preguntar y salen dos personas más que nos indican que hoy imposible que nos den de comer en el pueblo, que están en fiestas y los bares de la plaza no dan comida.

Cara de pena por no poder comerCara de pena por no poder comer

Volvemos con el resto del grupo y avanzamos a la plaza del pueblo donde están los bares. Moisés se había adelantado y se encontraba ya en la plaza. Está concurrida de gente y hay una charanga tocando, todo el mundo está con algún tipo de bebida y nosotros nos disponemos a entrar a un bar. Nos encontramos con otros 3 ciclistas que reconocemos pues nos pasaron nada más salir de El Burgo de Osma y nos indican que a ellos les habían “alimentado” ya que al parecer sacaron algunas bandejas de picoteo. Pero como suerte en la comida, lo que se dice suerte, no tenemos en el día de hoy… nosotros llegamos tarde y se había acabado. En el bar únicamente podemos comprar bebida y alguna bolsa de patatas. Estas bolsas de patatas iban a suponer nuestro único alimento hasta final de la ruta…

La mojación

Nos dicen muy amablemente que nos quedemos a la comida que habrá en el ayuntamiento, pero cuando estamos terminando de tomar nuestra “comida” comenzaron a caer las primeras gotas. Estábamos a unos 20 kilómetros de nuestro destino y la lluvia comenzó a hacer acto de presencia. Unas gotas que al poco casi paraba, pero ya presagiaba que estos últimos kilómetros no iban a ser tan buenos como los anteriores.

Sin más dilación nos ponemos en ruta saliendo por el norte de Cabrejas del Pinar por una carretera. Pero a los pocos kilómetros paramos para ponernos más protección para la lluvia. Por ahora no era fuerte y era bastante llevadera, pero según nos vamos adentrando en el bosque que nos ha de llevar al Embalse de la Cuerda del Pozo la lluvia comienza a ser más intensa. Literalmente comenzamos a chorrear agua, y rezamos porque la ropa en las alforjas no se humedezca.

No paramos salvo en alguna intersección. La lluvia en algún momento nos deja un poco de respiro. Pero en general vamos calados y los caminos en algunos puntos son corrientes continuas de agua por los que tenemos que ir avanzando.

La mojada prometidaSabíamos que nos mojaríamos

Finalmente, con gran desgaste llegamos a la carretera que nos lleva a circunvalar el embalse. Apenas podemos distinguirlo por la lluvia y la niebla. Vamos avanzando por un puente que cruza el río Ebrillos que muere en el embalse donde se une con el río Duero. Empezamos a ver a los márgenes de la carretera el granizo que debió caer no hacía mucho rato. Suspiramos aliviados por habernos librado de una granizada que nos hubiera puesto el rodar terriblemente complicado.

Faltando poco más de dos kilómetros para llegar estamos constituidos en dos grupos. Las fuerzas empiezan a mostrarse muy justas y las últimas rampas no han ayudado absolutamente nada. El segundo grupo tiene problemas para avanzar ya que, como ya he apuntado, estamos tirando literalmente de reserva.

Últimos kilómetros

Comenzamos una ligera bajada y cogemos un desvío a la izquierda que nos lleva a Molinos de Duero . Lo atravesamos y siguiendo la orilla del río Duero por fin podemos ver nuestro destino, Salduero, donde tenemos que pasar por un puente precioso sobre el río y llegar al hostal.

Vemos que en el pueblo se ha celebrado una marcha solidaria, Troncha Berezos en su 6ª edición. Sigue lloviendo ligeramente cuando llegamos a la puerta del hostal, pero al parar todos comienza a llover más fuerte de nuevo.

Tenemos que subir las bicis al primer piso. A una terraza donde dejaremos las bicis a la intemperie hasta el día siguiente y donde a buen seguro se mojarán. Porque lo que queda de día y la noche no dan buenas previsiones.

Bicicletas mojadasBicis a la intemperie

A nosotros en cierta manera nos supone una liberación dejar las bicicletas donde sea y subir a las habitaciones para poder ducharnos, poner a secar la ropa que llevamos empapada y poder ponernos ropa seca.

Acabamos de concierto

Así hacemos y a eso de las 6 bajamos al bar del hostal. Como no hemos comido y hay alguno que otro que está básicamente desfallecido por el hambre, preguntamos qué nos pueden hacer para comer. Al final nos vemos haciendo una comida-merienda-cena a eso de las 6 y media de la tarde con unos platos combinados que nos acaban reviviendo.

Finalmente, vamos al concierto que están dando en un local del ayuntamiento a resguardo de la lluvia. Disfrutamos del mismo hasta que el cansancio nos invade y vamos abandonando el local camino de las habitaciones. Al día siguiente nos esperan más de 50 kilómetros y un desnivel de unos 800 metros. Los rezagados nos cominos unos torreznos antes de acostarnos. Hay que cuidarse, que todo alimento es poco ya que no sabes lo que te deparará la mañana siguiente…

ConciertazoConcierto de versiones pop español ochentero y noventero


Vaya día, ¿eh? Gracias, Jaime, por narrarlo.

Aquí os pongo el track en Wikiloc para vuestro uso y disfrute.


Track disponible en Wikiloc

La segunda etapa también fue bastante dura. Nos lo cuenta Christian. Aquí os dejo el relato de su puño y letra.


Domingo 22 de Septiembre. Salduero – San Leonardo de Yagüe

Tómatelo con calma, anda

Para esta segunda etapa habíamos quedado la noche anterior en salir por la mañana sin relativa prisa. Quedamos a las 8:30 en el comedor para desayunar tranquilamente y después subir a las habitaciones a por las cosas y bajar las bicis de una terraza donde nos habían dejado tenerlas por la noche dentro del hostal. Así que las cuentas eran salir sobre las 10:00. Sin prisas.

Además como el día anterior nos llovió con ganas, en mi caso al menos, quería secar un poco las zapatillas de la bici con un secador de pelo que nos presto la chica del Hostal J.J. Se portaron de 10 con nosotros en todos los sentidos. La ropa de la jornada anterior la había tenido tendida pero seguía igual de mojada por la mañana. La metí en unas bolsas de plástico en una de las alforjas y me puse ropa seca.

La etapa era mas corta que el día anterior y por la mañana a primera hora hacia frio. Así que saliendo tranquilo, con los pies secos y una temperatura algo mayor la cosa cambia radicalmente a mejor.

SubiendoEmpezamos subiendo desde el principio

Lo primero es lo primero…

El recorrido de esta segunda etapa realmente no atraviesa ningún núcleo urbano. El lugar intermedio lógico de parada a comer sería Duruelo de la Sierra donde podríamos desviarnos ligeramente del track. Pero tras la experiencia de la primera etapa, que no pudimos comer en ningún sitio, decidimos que sería acertado encargar unos bocadillos en el propio Hostal y llevarlos encima hasta que decidiéramos parar para comer. Pero iban a tardar un rato en prepararlos.

Una vez con el avituallamiento sólido asegurado y tras bajar las bicis y aperos y lubricar un poco las bicis, que les estuvo lloviendo toda la tarde y parte de la noche, nos pusimos en marcha a eso las 11 de la mañana.

Bosques de fliparPronto empezamos a ver paisajes impresionantes

Comenzamos fuerte

Salimos de Salduero cruzando el rio Duero por el puente en dirección a Molinos de Duero. Una curiosidad que comentamos la noche anterior es que el rio discurre de oeste a este. Si desemboca en el atlántico debería ir al revés y asi lo hace, girando de dirección unos kilómetros aguas abajo.

Apenas avanzamos un kilómetro de llaneo y la jornada empieza con una subida de 4 km y una elevación de unos 230m. No es mucho pero la entrada a la pista de subida se hace por un atajo que pica un 15% al menos. Y está roto y embarrado. Cada uno sube como puede, empujando o a molinillo, y asusta porque te imaginas que sean así los 4 km. Pero no, solo es un enlace entre pistas de unos 100m. La pista de subida es ancha y esta perfectamente pisada. Llana y sin charcos. Con rampas suaves pero constantes. Se sube muy bien siempre y cuando te regules, porque ir con alforjas es otra historia y hay que guardar desde el inicio.

Subimos tranquilamente hablando y disfrutando de la subida. A la sombra hace frio y al sol se esta bien. Yo llevo culote y maillot de verano pero además perneras, manguitos, y chaleco. Las alforjas que tengo cubican 38L entre las dos y este espacio me permiten sobre la marcha guardar o cambiarme de ropa de forma rápida y accesible. Pero los que van con bolsa de sillín «bikepackera» es mas limitado y van de corto… Yo me hubiese quedado congelado. Dejamos el Pico del Águila a nuestro lado derecho en nuestra ascensión.

Pista en buen estadoSubiendo por pistas cómodas

Un poquito de bajada

El día anterior hubo una marcha ciclista en Salduero, la «Troncha Berezos», y veíamos marcados senderos de bajada.
En el km 4,7 nos salimos del track. Iba pendiente pero no se veía salida alguna. Se intuía un camino muy difuso que debieron hacer el día anterior en la marcha y «pinar a través» enlazamos con el track que debemos seguir. Aquí ya hay que saber donde pasar porque el terreno esta embarrado.

Hacemos un enlace entre pistas de nuevo por un tramo roto de bajada que cada uno sortea como puede y salimos a otra pista de buen firme. Por esta pista en ligero descenso bajamos de nuevo hasta el río donde cruzamos por un puente de piedra a la orilla contraria.

El track sigue pegado río arriba por una pradera. No se ve sendero pero el “track es el track” y hay que seguirlo. En esta etapa esto pasa varias veces. Ir siguiendo el track campo a través sin huella alguna hasta encontrar una.

Continuando y encontrada la senda bordeamos el cementerio de Covaleda y comenzamos una ascensión embarrada hasta la Ermita de San Cristóbal donde paramos a hacer unas fotos de sus vistas sobre el pueblo y el valle.

Ermita en CovaledaParada en la ermita de Covaleda

Continuamos la marcha y el track de nuevo nos mete pinar a través sin sendero alguno hasta llegar a una zona donde vemos unas mesas techadas.
Apenas llevamos 24km, que viene a ser la mitad de la etapa. Son las 13.30 y llevamos una media de unos 8km/h y como el lugar esta idóneo para comer paramos a dar cuenta de los bocadillos.

Hilera de PerdedoresBikepacking+Singletrack=happiness

Sacamos una mesa al sol porque a la sombra hace fresco y echamos un rato más que a gusto.

Nos encontramos en el Campamento Juvenil Raso de la Nava. Cuando arrancamos de nuevo y salimos a la pista vemos una gran explanada delimitada con monolitos y arquitectura muy simbólica de otras épocas… del Nodo.

Comida campestreVaya bocata bueno nos comimos

El entorno cada vez es mas espectacular. Cruzamos el río de nuevo por el Puente de Los Arrieros y comenzamos una senda por el río que nos hace disfrutar pero bien.

Esta senda acaba en una escaleras sobre el terreno donde tras un poco de empuje salimos de nuevo a otro “campo través” a buscar alguna huella y así llegamos hasta la carretera donde iniciamos la segunda subida destacada del día. Son unos 4km y unos 300+ por asfalto.

A subir un puerto

A priori es una subida fácil pero me tomo un gel con cafeína y una guayaba porque aunque me había comido ¾ del bocata iba un poco vacío. Habíamos dejado casi todos algo de bocata por si las moscas.

Comenzamos la subida. Raúl, que va dolorido de contracturas en la espalda y va mas a gusto de pie, tira para delante y Sergio con él. El gel me había sentado estupendo y tiro con ellos, pero Moi y Jesús se quedan detrás.

Pienso, si tiro voy a ir bien pero con alforjas prefiero guardar. Mi primo me va dar mas charleta y le puedo ofrecer rueda que la va ir bien y además puedo sacar tomas de video con la cámara que llevo en el manillar. Y si espero arriba después de un rato dándole me voy a quedar frio. Así que aflojo y espero que me alcancen Moi y Jesús. Y subimos al tran-tran los tres mas o menos medio juntos a ratos.

CarreteraLa subida infinita

Guiando la marcha

El track de la ruta me lo habían pasado unos meses antes de Komoot, y había hecho los deberes estudiándolos, comparándolos con otros colgados en Wikiloc y modificando con Basecamp los tramos que no me cuadraban del primero. Sobre todo había marcado los waypoints de fuentes y había marcado waypoints de posibles recortes o atajos en caso de necesidad. Uno de esos recortes los hicimos en la etapa anterior debido a la lluvia. Recortamos el tramo de la Playa Pita por carretera porque la Playa Pita lloviendo a cantaros no tenia mucho sentido.

Volviendo al track original, desde el puerto donde estábamos hasta Navaleno, había un tramo de pista y un tramo de carretera a partes iguales. Eliminé la carretera y lo modifique por pistas con un trozo de otro track que descargué de Wikiloc. Y fue todo un acierto ese tramo porque además de bonito se rodaba perfecto. Una autentica pista de gravel.

Pistaza de gravelMitad sensación de libertad, mitad postureo

Curiosamente aquí nos alcanzaron los chicos que estaban haciendo la misma ruta los mismos días y ya nos habíamos cruzado el día anterior en El Burgo de Osma y Cabrejas del Pinar. Y nos encontraríamos de nuevo otro par de veces el tercer día. Iban sin alforjas y venían de subir la Laguna Negra como mandan los cánones.

Esta pista nos lleva hasta una carretera también. Pero tras un par de kilómetros volvemos a salir a una pista que nos lleva hasta Navaleno. Esta pista, que es un carril de coche difuminado, esta asalvajada de maleza. Deben usarla bien poco o nada y va paralela al antigua vía hasta que se cruza con esta un kilómetro después.

Camino Natural Santander – Mediterráneo

Resulta que es una vía verde, pero la había descartado porque había investigado algo al preparar el track y sabia que había tramos aun con los raíles y sus piedras pero al verla arreglada y perfecta estaba claro: a tomar por culo el “track es el track” y la seguimos porque tirando de mapa en el Garmin se veía que iba directa a San Leonardo de Yagüe.

Que maravilla de pistas, subimos la media considerablemente en este terreno. La vía verde garantizaba que no habría mas subidas y eso a mi primo le pone mucho.

Efectivamente llegamos a un punto donde hay un tramo sin arreglar y está con las vías. Creo que lo han dejado así a propósito para recordar el trazado ferroviario, pero paralela sale otra pista con indicaciones a nuestro destino.

VíasUn trozo de vías aún en su sitio

 Ojo, porque más adelante hay un cartel que indica a San Leonardo pero te desvía por otro recorrido de mas kilómetros y subida que no tiene sentido. Según el mapa topográfico que llevo en el Garmin esta claro dónde ir y continuamos.

Poco después salimos de nuevo a la vía verde ya otra vez acondicionada y llegamos a la antigua estación de San Leonardo de Yagüe.

Antigua estación de San LeonardoChulazos en bici

Hemos llegado sin contratiempo alguno y enteros. Enlazamos de nuevo el track hasta el hostal Torres donde haremos noche. Tras dejar las bicis en un garaje que nos facilitan en el hostal vamos a tomar unas cervezas con torreznos que son cerca las 18:00 y el bocata quedo atrás lejano en el tiempo. Bueno… yo me como el ultimo cuarto que me guarde.

CervezasLa recompensa a una dura jornada de bikepacking

El hostal estaba cerrado por obras pero nos habían dado habitación, únicamente no había cocina para la cena pero sí desayuno.

Y el cenar sí que fue un reto porque siendo domingo a las 21:30 cierran todo. «Todo» son los dos o tres bares que hay. Pero encontramos el Bar de Pruden que debe ser el único que abre mas allá de las 21:00 y donde cenamos más que bien a un precio que ya no recordaba.

Cena San LeonardoRecovery del bueno

El día ha salido perfecto.


Flipa. Menuda jornada de bici y colegueo. Alguno podría decir que fue el p**o mejor día de su vida, que yo lo sé.

El track, por si queréis curiosear el recorrido o los datos.


Track disponible en Wikiloc

Vamos a terminar con la crónica de la tercera etapa. Posiblemente la más bonita ya que discurre en gran parte por el Cañón del Río Lobos. Nos lo cuenta Raúl con bastante talento literario.


Lunes 23 de Septiembre. San Leonardo de Yagüe – El Burgo de Osma

¡A levantarse!

8:00 am, suena la alarma de móvil de Moisés que nos saca de un sueño reparador para afrontar la última etapa de nuestra ruta. El plan inicial es llegar a meta, El Burgo de Osma, a una hora respetable pues allí hay que cargar los coches y nos esperan dos horas largas de viaje a casa.
Total, que a las 8:30 estábamos empezando a ocupar la mesa del desayuno del hostal cuando nos asalta el primer susto del día: entra un paisano jubilado en el bar diciendo que se ha puesto a llover.

Desayuno de los buenosun buen desayuno es fundamental

Acto seguido, Moisés sale azorado al exterior de la cafetería para comprobar el grado de puteo meteorológico que nos espera, sabiendo que no hay nada peor que comenzar la etapa mojándose desde minuto uno.

Pasados unos 10 segundos vemos que Moisés entra de vuelta y comienza a armar el brazo para darle una colleja al abuelo cachondo, que si había notado algo húmedo serían los restos de algún orinal evacuado por la ventana de una casa del pueblo.
Asunto zanjado. Hace buen tiempo para salir, el desayuno es adecuado y tras bajar las alforjas y enseres de las habitaciones nos dirigimos al garaje donde guardamos las bicicletas para montar y salir.

Comienza la última etapa

El primer tramo de la ruta admite variables más duras pero por decisión general tomamos el Camino Natural Santander-Mediterráneo. Tiene buen firme y nos permite rodar sin problema hasta Hontoria del Pinar.

Antígua estación de Hontoria del PinarSeis bikepackers bastante atractivos para su edad

Allí atravesamos el pueblo. Obedeciendo alguna regla cristiana, las campanas de la iglesia comenzaron a sonar pareciendo darnos la bienvenida.  Rellenamos los bidones con agua y dejamos atrás la gran serrería del pueblo. 15 minutos más tarde, ya metidos en los primeros pasos del Cañón del Río Lobos… ¡Todavía se oían las campanas! No quiero pensar qué harán el día que saquen la procesión del santo en cuestión que tengan.

Lo mejor de lo mejor de lo mejor de lo mejor

Y aquí, señoras y señores, siéntense: el Cañón es una Catedral Natural de 25 kilómetros que te deja sin habla.

flipaNo sabe uno a dónde mirar de lo bonito que es todo

Los promontorios erosionados por antiguos glaciares, vientos y lluvias van apareciendo de forma alternativa a derecha e izquierda. En muchos de ellos están montando guardia los buitres, ocupando cuevas y atalayas inexpugnables.

Chulazos en biciFlipa con el escenario natural

En la primera parte, el río iba seco y se pueden apreciar en algunas zonas grandes losas de piedras que ocupan el fondo. El sendero es muy entretenido pero requiere atención y para evitar las caídas vamos parando de vez en cuando para deleitar las retinas.

Fotaza de revistaEsta es una fotaza de revista, no me digas que no

Ya avanzado el sendero comenzamos a encontrar agua en el río. Y lo que al principio no era problema, cruzar el cauce, ahora nos obliga a desmontar, coger la bici en vilo y cruzar pisando unos sillares de piedra enormes.

Sergio cruzando de piedra en piedraEl bikepacker a veces tiene que cargar la bici

Y así llegamos al final del sendero donde nos encontramos con la ermita templaria y la cueva de San Bartolomé. Después de las correspondientes fotos y vídeos salimos con pedaleo ligero. Había que evitara los grupos de jubilados que se pueden permitir un lunes cualquiera andar de turisteo por allí y llegar antes que ellos al restaurante. No teníamos reserva.

Cueva de San BartoloméMitad de ruta, aproximadamente

Este matiz de velocidad, primero Jaime y después Ludeña se lo tomaron en serio y pusieron un ritmo (sobre todo Lude) que llegó a superar los 40 km/h. ¡¡¡Vaya par de tractores!!!

Hoy sí se come como se debe

Y ahora llegamos a la segunda catedral, la Parrilla de Bartolo. Un símbolo culinario para nuestro grupo de amistades donde ya habíamos estado hacía 20 años.

Felices moviendo el bigoteLa felicidad hecha restaurante

Si describo lo que comimos voy a llorar por lo que evitaré hablar… De 10.

Plato principalAbanico ibério de flipar

Termina la opípara comida y tras las quejas y dolores de rigor comenzamos a pedalear los últimos kilómetros, pensando que estaba todo hecho y solo había que dejarse caer…

La Parrilla de San BartoloDicen que tenía una flauta con un agujero solo

Última tiradita

Tras un pequeño tramo de carretera salimos a una pista bien pisada por la que se rueda genial. Pero después de unos kilómetros se empieza a hacer estrecha, a llenar de vegetación y acabamos en un sembrado.

Íbamos siguiendo a los barceloneses con los que nos hemos cruzado durante los tres días y que hacían la misma ruta que nosotros, con menos equipaje y más velocidad. El sendero pone en su sitio a los chuletones, hongos, chipirones, pimientos y demás. El caso es que seguíamos el track pero un bondadoso castellano tuvo a bien arar el tramo de sendero aledaño a su finca… Seguro que le sonaron los oídos como a nosotros con las campanas de Hontoria.

PatatalComplicadísimo avanzar por este patatal

Volvimos a encontrar la pista, con ese buen rodar que nos llevo a destino con alguna pequeña rampa pero sin sufrir. Y ya en destino decidimos buscar una pastelería en El Burgo de Osma donde celebrar nuestro final de ruta. Solo encontramos una chula terraza en la plaza del Ayuntamiento, en la que un camarero castellano y de pocas palabras (todas ellas en lenguaje de orco) nos puso unos cafés.

Después, desmontar alforjas, cargar coches y regalarnos unos abrazos fraternales entre amigos que han disfrutado de unos días geniales.


Y aquí terminan, queridos amigos, las crónicas de los tres días de ruta por la provincia de Soria replicando a nuestra manera la Ruta de los Templarios. Nuestra particular «Ruta de los Templarios Mojados».


Track disponible en Wikiloc

Agradezco una vez más a Jaime, Christian y Raúl el detalle de echar un ratito dándole a la tecla para compartir esto con todos vosotros.

Terminamos ya.

¡Vaya viaje!

¡Vaya EXPERIENCIA! (sí, así, con mayúsculas)

Una ruta de domingo por la sierra se puede contar con palabras más o menos en detalle. Pero esto… Esto es otra cosa, está a otro nivel. No voy ni a intentarlo. Solo os pido que vayáis a verlo. En bici, si puede ser. Si no, id en coche de pueblo en pueblo y salid a caminar por el bosque. Menudo tesoro tenemos. Y tienen torreznos. Todo bien, todo rico.

Muchas gracias, una vez mas, por vuestra atención. ¿Pudo ser el mejor p*** día de nuestra vida?

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