Retomar el MTB es duro. Cuando entramos en una dinámica de no practicarlo, como fue mi caso tras el nacimiento de mi segunda hija Alicia, tenemos que ponernos serios y hacer un ejercicio de fuerza de voluntad para volver a subirnos a la bici. Pero merece la pena, ya lo sabes tú. Te cuento en esta entrada mi caso particular de vuelta a las dos ruedas tras tres meses de inactividad.
Como viene siendo habitual he pasado las vacaciones de Semana Santa en Conquista, provincia de Córdoba, junto a la familia. Conquista está en el Valle de los Pedroches y en esta época del año la dehesa muestra unos paisajes de un verdor impresionante.
Aunque el tiempo no ha acompañado, como suele pasar en Semana Santa, he querido retomar la actividad ciclista tras tres meses de parón. Ha sido duro pero satisfactorio. Tres han sido mis salidas en bicicleta. La primera, la más dura. Especialmente para mi culo que parecía haberse olvidado del contacto con el sillín. Fue una ruta de exploración para comprobar si un recorrido que había diseñado en Google Earth era factible. No lo era. Una cancela cortaba el camino que se adentraba por propiedad privada. Apenas fueron 10Km, la mayoría en ligera pendiente ascendente. Volví a casa lamentando mi estado de forma.
La mejor solución para quitar el mal sabor de la primera ruta era repetir. Así que al día siguiente me planteé un recorrido más llano. Pero en esta ocasión mi enemigo fue el agua. Después de cruzar infinidad de charcos y meter el pie un par de veces en el agua decidí dar la vuelta porque el camino no parecía ir a mejor.
Los frenos protestaban por el barro y tuve que esmerarme en limpiar la bicicleta para que nada se estropeara. Volviendo a casa tenía buenas sensaciones y como me encontré un camino que no conocía me dispuse a recorrerlo. Con la ayuda de la aplicación Oruxmaps tracé rápidamente un recorrido circular que me devolvía al pueblo… Pero una vez más las malditas cancelas me cortaron el paso. La alternativa era cruzar un arroyo demasiado crecido y ya había tenido suficiente ración de agua así que me di la vuelta y volví por el mismo camino. Me salieron 20 Km y acabé satisfecho, mucho mejor que el día anterior.
El tercer y último día decidí empezar recorriendo el mismo camino recientemente descubierto pero tomando una alternativa diferente al día anterior en uno de los cruces. Había consultado unos mapas previamente y me disponía a ir hasta un viaducto de la línea del AVE Madrid-Códoba-Sevilla y volver a Conquista por otro camino.
Todo iba muy bien en mi ruta hasta que llegué al río Guadalmez, que sirve de frontera entre las provincias de Córdoba y Ciudad Real. No había camino que seguir y tuve que avanzar campo a través durante un par de kilómetros hasta encontrar de nuevo la pista que me devolvería, tras unas duras rampas, a Conquista.
Fueron poco más de 10Km de ruta pero llegué agotado. Mi estado de forma no es todavía bueno y aunque el desnivel muestra apenas 163m de ascensión creedme si os digo que estos metros se suben en apenas un kilómetro.
En fin, espero que la primavera haga por fin aparición y con el buen tiempo retome la buena costumbre de salir con la bici al menos una vez por semana para ir poco a poco cogiendo un puntito de forma.