Nunca recomiendo sillines. Tampoco confío en las recomendaciones que al respecto de este componente puedan hacerme porque cada trasero es un mundo. El que a mi pueda resultarme cómodo para otra persona puede ser una tortura… Y viceversa. Pero este sillín Vertu me ha hecho tanto tilín que tengo que hablaros un poco sobre él.
Me he dejado aconsejar por Jaime y he montado un sillín con cubierta de plástico. Lo probé en una ruta por la Casa de Campo con mucho miedo, pero el resultado fue excelente.
Os pongo en antecedentes: hace años Tioga sacó al mercado el Spyder. Un sillín muy ligero y sin espuma de ningún tipo.
El Tioga Spyder imitaba la forma de una tela de araña y aprovechaba la flexión del plástico para garantizar un mínimo de confort. De ahí su nombre, claro.
Los fabricantes chinos se unieron al carro y sacaron modelos que imitaban el original de Tioga pero a un precio significativamente inferior. Uno de ellos es el sillín Vertu.
Y así es como llegó a mi bici uno de estos sillines baratos, ligeros y, para mi, bastante cómodos. El diseño puede no gustar a mucha gente (a mí no te creas que me acaba de convencer) pero la relación comodidad-precio-peso recomienda su adquisición.
La gama de colores también es un punto a su favor. A los que nos gusta llevar la bici combinada (yo sigo que puños y sillín tienen que ser del mismo color, lo mismo que potencia y manillar) nos maravilla disponer de opciones cromáticas variadas.
El sillín se compra en Aliexpress y tengo que decir que no envejece demasiado bien. He visto varios deformados y algunos rotos. Pero tras mucho uso, eso sí. Y por lo que cuesta… Te compras otro igual y a tirar otros cuantos años.