Conor MTB 5 50

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Lo mismo por haber sido una de ellas la primera bicicleta decente que tuve (la menciono en esta entrada en esta entrada sobre la primera bici de montaña que tuve y que era lo peor) tengo que reconocer que tengo un poco de debilidad por las bicicletas Conor de los años 90. En esta entrada os cuento cómo he medio-restaurado una de ellas.

Sí, sí… Sé lo que me traigo entre manos. Me consta que esta bicicleta da para lo que da. Es decir, para poco. Fue una compra por impulso. Deja que te cuente y no seas tan rápido juzgándome que seguro que tú también tienes tus taras y yo te acepto tal cual, ¿Eh?

Conor MTB 5 50 en azul eléctrico y talla grandeConor MTB 5 50 en azul eléctrico y talla grande

 

La cosa es que estaba yo un día curioseando por wallapop (error, ya sabemos cómo acaba la cosa siempre) y apareció cerca de casa esta bicicleta Conor MTB 5 50 por apenas 15 euros. Vamos… Regalada. Me gustó el color sobre todas cosas. Ese azul… Por no hablar de la elegancia de los tubos finitos de acero. Además me valía de talla. Y por solo 15 euros… Tenía que ir a por ella. Concreté cita con el vendedor y fui a verla. Y me la traje.

La bici estaba para el arrastre. El primo Christian me dijo que me gastara otros 15 euros en gasolina para pegarle fuego y seguramente no sin razón. No cambiaba ni de delante ni de detrás, no frenaba ni de delante ni de detrás. Tenía el eje de pedalier doblado, la rueda trasera gravemente descentrada y varias cosas más. Total, que estaba para tirarla.

Pero no la tiré, me propuse restaurarla simplemente por el gusto de hacerlo.

Platos y bielas ShimanoPlatos y bielas Shimano

 

El eje de pedalier estaba torcido y para sacarlo pasé las de Caín. La biela del lado izquierdo salió bien pero la del lado derecho no salía. Con el extractor de bielas no tuve éxito, se estropeó la rosca interna de la biela. A golpes tampoco salió. También compré un extractor de estos genéricos a ver si lo conseguía, pero nada. Vamos, que al final tuve que cortar el eje con una amoladora. Me tocó comprar un eje de cuadradillo de cartucho y un juego de platos-bielas. Todo de segunda mano, todo muy barato.

La rueda trasera estaba descentrada porque le faltaban tres radios. Para ponerlos hay que sacar el casete, que es de rosca, para poder meter los radios por el orificio del ala del buje. Pues no hubo narices de quitarlo. Probé de todas las maneras, hasta rompí una llave.

No compres herramientas en el chinoNo compres herramientas en el chino

 

Acabé comprando otra rueda por Wallapop. Entre herramientas y recambios ya me había gastado más del doble de lo que pagué por la bici. No te digo nada.

Desmonté las manetas de freno para limpiarlas a fondo y engrasarlas. Quedaron como nuevas las Altus C50. En este punto sí quedé satisfecho. Las manetas de freno también estaban en buen estado de funcionamiento.

Altus C50 con una sola palanca para subir y bajar la cadenaAltus C50 con una sola palanca para subir y bajar la cadena

 

Ajustar los cambios tanto delantero como trasero no costó demasiado esfuerzo. Cambié cables y fundas porque estaban para tirar.

 

¿Patilla en el cuadro? Naaaa¿Patilla en el cuadro? Naaaa

 

Me gusta mucho que la potencia aloje el tope de la funda de freno para el cantilever delantero. Tontadas que tiene uno, ya ves…

Me encanta esta potencia Conor con orificio para el cable de frenoMe encanta esta potencia Conor con orificio para el cable de freno

 

También tuve que comprar frenos nuevos, los cantilever que venían con la bici estaban destrozaditos.

Frenos Cantilever AltusFrenos Cantilever Altus

 

Estos Altus quedaron muy bien ajustados y frenan lo suficiente.

¿Para qué quiero yo esta bici? Para nada, realmente. Simplemente para tenerla y salir con ella a dar un paseo una vez al año como hice este verano que me fui a desayunar con ella y con Lourdes.

Y para recordar con el placer que otorga la nostalgia cómo es eso de ir con 18 velocidades. Sin suspensión delantera. Y con unos desarrollos para gente con buenas piernas.

Hazme caso, saca un rato (si la tienes, claro) tu bici vieja y date un paseo. Nada exigente, una vueltita ligera. Verás como vuelves a casa con una sonrisa en la boca.

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